Lo que debían ser unas prácticas de un mes en la residencia Sol de otoño tras terminar un curso de seis meses de Atención Sociosanitaria que recibió en una academia de Arrecife se convirtieron en una auténtica pesadilla para Carlos (que no ha querido revelar su identidad). Una experiencia que decidió sacar a la luz pública a través de una cámara oculta en el programa Diario D que realiza la periodista Mercedes Milá.

Un reportaje que revela una cruda realidad de presuntos malos tratos, insultos y posibles negligencias médicas a los ancianos. "Me iba llorando a mi casa tras ver lo que allí sucedía", aseguró ayer después de las declaraciones que realizó en directo a un programa del Canal Cuatro. Carlos relata que se alimentaba a los ancianos con una jeringuilla que se compartía entre varios mayores, que a muchos se les amarraba con cuerdas que no estaban homologadas y que durante los más de 20 días que estuvo allí solo vio a un médico cuando fue a certificar el fallecimiento de un anciano.

"Había una señora que tenía una sonda en la nariz y la boca la mantenía abierta. Tenía la lengua inflamada, con cositas blancas. A la hora del baño, por intentar ser rápidos porque venían las visitas, le limpiaron la lengua con su propia camisa", explica.

Carlos asegura que cuando informó al director de sus quejas sobre lo que estaba pasando "me dijo que no me preocupara, que ya sabía lo que tenía que hacer y que estuviera calladito. Me dijo vete aprendiendo y calladito mejor si quieres el título".