Tenemos miedo de comer pescado y seguro que no lo probaremos hasta que pase muchísimo tiempo". Son palabras de dos de los dieciséis pacientes afectados en lo que va de año en Lanzarote -según los casos controlados por Salud Pública- por intoxicación alimentaria producida por la ciguatera asociada al consumo de medregal en restaurantes de tres zonas de la Isla.

Juan Manuel, de 31 años, y José (el nombre de este afectado es ficticio porque prefirió guardar su identidad), de 28, son amigos y cenaron tacos de medregal en un local de Playa Honda (San Bartolomé) el sábado siete de abril. Los dos están con los síntomas producidos por la ciguatoxina, entre ellos, diarreas, dolores musculares, picores en la piel, hormigueo en la boca o escalofríos.

En el caso de Juan Manuel, vecino del municipio de Yaiza, la enfermedad le ha afectado con menos intensidad que a su amigo José, que está convaleciente en su casa del municipio de Teguise. Juan Manuel no acudió a Urgencias del hospital lanzaroteño Doctor José Molina Orosa hasta seis días después de lo ocurrido y tras comentar que había ingerido medregal, le diagnosticaron intoxicación por ciguatera, de la que había oído hablar en televisión hacía unos meses, comentó este afectado. Toma un médicamente para rebajar sus dolores musculares. "Por las mañanas me levanto con agujetas en el cuerpo, como si hubiera corrido quince kilómetros la noche anterior", indicó el joven.

José señaló que, además de los síntomas más comunes, siente escozores en la piel "como si tuviera quemaduras por el sol". A diferencia de su compañero, José se trasladó a Urgencias del centro de salud de Valterra (Arrecife) a la jornada siguiente de comer medregal. "El médico me dijo que mis vómitos y diarreas eran provocados por un virus estomacal", señaló. Sin embargo, su estado de salud empeoró y empezó a sentir "muchos escalofríos". El día siguiente tuvo "hormigueo por el cuerpo y mucho decaimiento", por lo que acudió al médico de cabecera, en la Villa de Teguise, quien le preguntó por los alimentos que había ingerido. "Le dije que comí pescado y me dijo que podía ser ciguatera. También me comentó que no había medicación para esto, sino que el cuerpo debía ir eliminando las toxinas que tenía acumuladas", aseveró. Ni José ni Juan Manuel denunciarán al establecimiento en el que resultaron intoxicados, "porque es de un amigo". A partir de ahora tendrán "más cuidado" y preguntarán por el origen y características del pescado antes de consumirlo.