La Sección Sexta de la Audiencia Provincial de Las Palmas ha condenado a Kumar Parmeshowar Aswani Pasram a 19 años de prisión (catorce por asesinato, con la atenuante de haber confesado los hechos, y cinco por robo con violencia), como responsable de la muerte de Vihay Chandru, al que asestó 71 puñaladas en la cara, el cuello, el tórax y el abdomen y sustrajo 14.130 euros. Los hechos se remontan al 20 de agosto de 2009 y se produjeron en la calle Océano Antártico del polígono industrial donde se ubican, entre otros negocios, Ikea y Lidl, en Arrecife. El juicio se celebró entre el 9 y 11 de julio.

El condenado está en prisión desde el 21 de agosto de 2009 y el fiscal había solicitado para él 25 años de cárcel y una indemnización de 360.000 euros para la madre del fallecido, Shirley Chandru Chugani, y 50.000 euros a cada uno de los hermanos, Ajay y Puja Chandru Chugani, más los intereses. Finalmente, la indemnización es de 90.000 euros para la progenitora.

Según el relato de los hechos recogido en la sentencia, se considera probado que Parmeshowar, sin antecedentes judiciales, fue a recoger a su víctima a un hotel de Playa Blanca (Yaiza) el 20 de agosto de 2009 sobre las 20.00 horas. "Había acordado previamente con él un encuentro con la finalidad de realizar una transacción comercial de compraventa de oro". Parmeshowar iba a poner en contacto a Vijay con una persona que estaba interesada en venderle oro y el fallecido llevaba 60.000 euros en efectivo para hacer la transacción.

El acusado estacionó su coche en la calle Océano Antártico sobre las 21.40 horas y en el interior del mismo y "con la finalidad de apoderarse del dinero que Vijay Chandru portaba en efectivo, utilizando para ello la violencia física, le agredió con una navaja y con la intención de acabar con su vida le asestó un total de 71 puñaladas".

Los forenses explicaron durante el juicio cómo el cuerpo tenía incisiones de distintas profundidades y apuntaron que "se cansaron de contar heridas cuando iban por 70", tal y como se afirma en la sentencia.

La resolución judicial pone de relieve también que las numerosas puñaladas "revelan una indudable intención de acabar con la vida de la víctima" y se ha "aumentado deliberada e inhumanamente el dolor" del asesinado.