Un viaje con amigos universitarios a Canarias en las navidades de 1969 selló la alianza de Nick Wagner y Elza Carrozza con la isla de La Graciosa. La primera vez que vieron la silueta del mayor de los islotes del Archipiélago Chinijo fue hace 43 años desde el Mirador del Río en su ruta por el norte de Lanzarote. No tardaron en coger un barco y dar el salto a La Graciosa, territorio que empezaron a visitar de forma asidua acompañados de amigos varias veces al año a partir de 1970, una época en la que la pesca era prácticamente el único modo de subsistencia de los habitantes de la isla. Nick y Elza se convirtieron en los primeros alemanes en pasar largas temporadas en La Graciosa.

Desde hace una década Caleta del Sebo, donde han construido su vivienda, es su lugar de residencia permanente tras su jubilación. Nick, alemán de Múnich, es doctor en Ciencias Políticas y su mujer, Elza, nacida en São Paulo (Brasil) pero residente en Múnich durante casi toda su vida, es doctora en Lengua y Literatura Portuguesa y Alemana.

En el libro La Graciosa, la primera publicación de la editorial lanzaroteña Ediciones Remotas, presentado el pasado jueves en la Sociedad Democracia de Arrecife y en el que se recogen 77 fotografías del archivo personal de Nick y Elza que datan de los años setenta y ochenta sobre la vida en ese pequeño territorio, los autores de las imágenes describen cómo fue su descubrimiento de La Graciosa: "Fue una de esas tardes especiales, en las que el sol y la brisa, como en un día de fiesta, hacían que el mar brillara como un manto de lentejuelas. Desde lo alto del Risco de Famara se descortinaba el inmenso Atlántico, pero lo más que nos llamó la atención fue una pequeña isla situada a un kilómetro de la playa del Risco, quinientos metros más abajo donde la escarpada pendiente se encuentra con el mar".

El Jorge Luis fue el barco al que les invitaron a subir el día siguiente desde el norte de Lanzarote para desplazarse hasta La Graciosa.

Elza recordó que "cuando llegamos por primera vez, vivir en La Graciosa era una gran aventura. No había luz, ni agua corriente, que había que sacarla del aljibe, y sólo existía una tienda sin mucho que comprar. Pescábamos un poquito... La gente utilizaba los matorrales para hacer fuego y cocinar. Aquí era todo desierto. Nos gustó porque era el único lugar donde conseguíamos realmente relajarnos", relató Elza con cierto acento graciosero.

Con especial cariño Elza citó al pescador Gregorio Hernández, "un gran amigo y una persona muy querida en la isla, como Marcial Luis, marido de Enriqueta, y también la primera persona con la que mantuvimos contacto al llegar a La Graciosa, Jorge Toledo, quien creó la primera flota de pesca y le dio un gran impulso a la isla".

Los Wagner "añoran mucho la isla de antes, cuando había más amistad entre la gente, se vivía de manera más sencilla y tranquila y no había tanto turismo, pero ahora los gracioseros tienen más trabajo aquí que en Lanzarote y eso para ellos es bueno".

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Durante años el matrimonio Wagner desarrolló una larga carrera como documentalistas para los canales ARD y ZDF de la televisión alemana. Grabaron películas en Europa, Sudamérica, África, el mundo árabe o los Estados Unidos y poseen un extenso archivo de cerca de 2.000 fotografías de La Graciosa desde los años setenta.

El Cabildo de Lanzarote, a través del proyecto Memoria Digital de Lanzarote, digitaliza el archivo de los Wagner. Parte de su obra se puede ver en www.memoriadelanzarote.com/buscar/wagner.

De la colección personal de los Wagner han salido las imágenes recogidas en La Graciosa, "el primer libro dedicado al patrimonio gráfico de esa isla y que recoge aspectos clave de su historia", explicaron el fotógrafo Rubén Acosta y el periodista Mario Ferrer, responsables de Ediciones Remotas. Además del valor documental, añaden, "la obra de los Wagner tiene una indudable calidad estética, desde la mirada de unos autores foráneos, unos profesionales freelance del documentalismo con una larga trayectoria, que poco a poco se convirtieron en miembros de la comunidad que retrataron desde los años setenta". Los autores de los textos que introducen las fotos de la obra son de Ferrer y los Wagner y están escritos en castellano, inglés y alemán.

La publicación La Graciosa, que ya se puede adquirir en las librerías al precio de 18 euros, ha contado con la colaboración del Cabildo de Lanzarote, el Ayuntamiento de Teguise y Líneas Romero. La nueva editorial (www.edicionesremotas.com) surge de una empresa dirigida por Ferrer que actualmente participa en la Unidad de Promoción de Empresas (UPE) del Instituto Tecnológico de Canarias (ITC), que gestiona la Cámara de Comercio de Lanzarote.