Los vinos malvasías de Lanzarote seducen los paladares de los alemanes, un mercado con interés creciente por los caldos conejeros, tal como queda patente estos días en la visita que seis importadores procedentes de Hamburgo, Frankfurt y Düsseldorf realizan a siete bodegas de la Isla. Esta expedición, que comenzó el pasado martes su andadura en Bodegas La Geria, permanecerá hasta el próximo viernes en Lanzarote.

Alemania, indicó ayer el presidente del Consejo Regulador, Javier Betancort, es el principal importador mundial de vinos y la mitad de la producción anual que Lanzarote vende en el extranjero es adquirida en vinotecas y tiendas gourmet (alrededor de 37.000 botellas al año). Las restantes 37.000 unidades se comercializan en Reino Unido y Estados Unidos. Las exportaciones en esos tres países suponen el 5 % de la añada anual de Lanzarote. Resaltó que "hace sólo cuatro años exportábamos al exterior sólo el 1 % y ahora el 6 %".

Esta iniciativa, la tercera después de las llevadas a cabo en 2009 en Düsseldorf y un año más tarde en la Isla para potenciar este producto vinícola en Alemania y dar a conocer su forma de cultivo, la promueven la Cámara de Comercio de Lanzarote, el Consejo Regulador, Proexca y la Enterprise Europe Network de Canarias.

Pablo Calvo, responsable de la sección de vinos de la oficina comercial de España en Düsseldorf, aseguró: "Tenemos que dar a conocer en el mundo la singularidad de los viñedos de Lanzarote" y añadió: "No buscamos colocar grandes cantidades de vino en Alemania, sino las especialidades de Lanzarote en nichos específicos de mercado, como vinotecas y tiendas especializadas en determinadas denominaciones de origen".

Vitus Steinhorst, vendedor de Rindchen´s Weinkontor, se encuentra en la Isla por primera vez y enalteció la calidad de los vinos tras realizar las primeras degustaciones de malvasías y tintos. Consideró que "los vinos tienen muchas posibilidades de continuar con la expansión en Alemania porque muchos alemanes vienen de vacaciones a la Isla y conocen el producto y su forma de cultivo en un paisaje único". No obstante, precisó que "el transporte puede ser un problema porque la producción es poca y los costes de traslado elevados, un tema que habría que equilibrar". Thomas Ravenborg, vendedor de vino de España en Alemania, señaló que "conocer la historia, la cultura y el paisaje ayuda a vender mejor el vino y aumenta el interés de vendedores y compradores".