La patrullera de la Guardia Civil que el pasado jueves chocó con una patera de inmigrantes irregulares en la costa de Lanzarote sufrió una avería en uno de sus motores que le impidió esquivar a la barquilla cuando el patrón de esta abandonó el timón y se propició la colisión.

Esta es la versión oficial difundida hoy por la Delegación del Gobierno en Canarias sobre el accidente que provocó el naufragio de la patera, con el resultado de un inmigrante ahogado, otros siete desaparecidos y 17 rescatados del agua por los propios tripulantes de la patrullera de la Guardia Civil implicada en el suceso.

Los hechos se produjeron sobre las 2.00 de la madrugada, cuando la patrullera "Cabaleiro" regresaba al puerto de Arrecife tras haber detectado, media hora antes, una avería en uno de sus propulsores (o 'jets') que "mermaba considerablemente su capacidad de maniobra".

La "Cabaleiro" había salido de la isla de La Graciosa sobre las 00.35 horas tras recibir un aviso de que el Servicio Integral de Vigilancia Exterior (SIVE) de que se había localizado en el radar un eco sospechoso en las cercanías del cabo Ancones, que por su tamaño, rumbo y velocidad podía tratarse de una patera.

La Delegación del Gobierno apunta que, tras comunicar al Centro Operativo de Servicios (COS) de la Guardia Civil que volvía a tierra por una avería, la "Cabaleiro" detectó de camino al puerto de Arrecife un eco en su radar a menos de media milla de la costa y comprobó con una cámara térmica que se trataba de una patera.

La versión oficial del accidente asegura que los tripulantes de la patrullera decidieron interceptar a la barquilla, a pesar de la avería que sufrían, porque esta se encaminaba a "una zona muy accidentada, de fondo rocoso y escarpado, que constituía un evidente peligro para la integridad de los ocupantes de la patera".

La "Cabaleiro" se interpuso entre la patera y la costa "siempre con las luces de navegación encendidas" y alumbró a la barquilla con un foco, momento en el que los guardias observaron "cómo el patrón de la patera suelta el timón de la misma y, con objeto de no ser identificado, se arroja sobre los ocupantes de la misma con la intención de confundirse entre ellos".

En ese momento, continúa la Delegación, la patera se quedó "sin gobierno, con arrancada avante y rumbo hacia la patrullera", cuyo patrón "intentó efectuar un cambio de rumbo a babor, con el objeto de evitar la colisión", sin que los instrumentos de gobierno respondieran. En esas circunstancias, añade, el choque entre las dos embarcaciones se produjo "de forma irremediable".

La Delegación del Gobierno en Canarias precisa que, poco antes de interceptar a los inmigrantes, de camino a puerto para solucionar su avería, uno de los motores de la "Cabaleiro", el "Br", "bajó su régimen hasta 700 revoluciones por minuto, sin responder a los mandos ni en avante ni en marcha atrás, quedándose fijo".

El choque provocó que varios de los tripulares cayeran al agua, circunstancia a la que los guardias de la "Cabaleiro" reaccionaron avisando a Salvamento Marítimo y arrojando por la borda todos sus elementos de socorro para intentar ayudar a los náufragos.

"Uno de los guardias civiles, arriesgando su propia integridad, no dudó en lanzarse al agua para socorrer a las personas que se encontraban más alejadas de la patera y de la patrullera, consiguiendo salvar las vidas de al menos dos de los náufrago", resalta la Delegación del Gobierno.

La delegada en Canarias, María del Carmen Hernández Bento, ya había confirmado horas después del accidente que el naufragio de la patera había ocurrido tras un choque con la patrullera de la Guardia Civil, en unas circunstancias que estaban bajo investigación.

La patera había partido unas 48 horas antes de Sidi Ifni (Marruecos) con 25 personas a bordo, ocho de las cuales desaparecieron en el naufragio. Hasta el momento, solo se ha recuperado el cadáver de una de ellas.

El suceso ha dado origen a unas diligencias penales de las que se ocupa el Juzgado de Instrucción número 3 de Arrecife.