Las celebraciones en familia o con los amigos en los hogares, hoteles, restaurantes y locales de ocio nocturno, que ampliaron su horario habitual de cierre en la madrugada, protagonizaron la Nochevieja en la isla de Lanzarote en una velada que se desarrolló sin incidentes destacables. Pero sin lugar a dudas, donde la fiesta se desbordó para recibir el año 2013 fue en La Graciosa, un paraíso de calles de jable y salitre que se ha puesto de moda para despedir el año.

El mayor de los islotes del Archipiélago Chinijo atrae por estas fechas no solo a los conejeros, sino también a residentes en otras islas de Canarias e, incluso, de la Península y el extranjero para festejar el fin de año de una forma diferente al resto de otros lugares. Según las estimaciones de la concejala del Ayuntamiento de Teguise delegada para La Graciosa, Alicia Páez, la Policía Local y vecinos de la isla, más de 3.000 personas (lo que supone cinco veces más que la población habitual residente en La Graciosa), se desplazaron entre el pasado fin de semana y este lunes a Caleta de Sebo, donde desde hace varias semanas era imposible encontrar un apartamento libre para alquilar. La Graciosa colgó el cartel de completo estas navidades. Ante la falta de camas, hubo quien optó por ir de acampada a El Salao o coger el último barco de Órzola a La Graciosa en la tarde de lunes y regresar a Lanzarote a primera hora del día siguiente.

La afluencia del lunes por la noche es "la mayor de público que se recuerda por estas fechas en La Graciosa. Fue una barbaridad", señaló Páez, una cifra que se acerca al volumen de visitantes que se registra el día principal de las fiestas del Carmen, el 16 de julio. En términos generales, la jornada fue "tranquila, a pesar de la cantidad de gente", manifestaron desde la oficina de la Policía Local de Teguise en Caleta de Sebo. Sobre las 7.20 horas de ayer se registró, "una pequeña alteración de orden público en la única discoteca del pueblo sin mayores consecuencias".

Cada vez es más difícil planificar "la seguridad en Nochevieja en La Graciosa porque las previsiones de público se desbordan", aseguraron fuentes de la Policía Local. Un agente y tres guardias civiles se encargaron de la vigilancia en la noche del 31 de diciembre en la Isla.

El auge de la celebración de fin de año en La Graciosa va en aumento cada año, lo que en opinión de Páez, "se debe al boca a boca de mucha gente de Lanzarote, Gran Canaria y Tenerife que elige Caleta de Sebo para partir el año. Aquí la fiesta es diferente, tranquila, hay música en vivo, buen clima y, además, no hay que coger el coche, por lo que muchas personas se animan a venir y eso es muy positivo para la economía de la isla, pues todos los negocios tienen más trabajo".

Los dos trabajadores del servicio municipal de limpieza en La Graciosa tuvieron este martes una ajetreada jornada. El capataz de limpieza y mantenimiento en la isla, Pedro Manual Páez, señaló este martes que se recogieron en las zonas públicas (playa, explanada del muelle, parque infantil, calles) "unos 1.000 kilos de basura, entre un 25% y un 30% más que el año pasado por estas fechas, entre botellas, envases o restos de cotillón. Y eso que no todo el mundo hizo la celebración en la calle, pues hubo quienes cenaron en los apartamentos, donde a su vez hicieron barbacoas". Páez destacó que "aunque la afluencia fue masiva, la gente se comportó de manera cívica. Si hay contenedores donde depositar la basura, el público colabora".

Los restaurantes de Caleta de Sebo tuvieron que aumentar la capacidad de comensales en Nochevieja. Es el caso de El Girasol, uno de los establecimientos más conocidos de la zona. Su propietario, Francis Páez, aseveró que duplicaron la cantidad de mesas para atender la demanda de cenas, en las que no faltaron, entre otros platos, el pescado y los mariscos, como era de esperar en este destino de sabor marinero.

En la única discoteca de La Graciosa, Las Arenas, no cabía ni un alfiler. Se convirtió en uno de los puntos más concurridos de Caleta de Sebo en la noche más larga del año.

El transporte marítimo entre Órzola y Caleta de Sebo contabilizó "más pasajeros que otro día cualquiera, sin contar las fiestas del Carmen", apuntó el propietario de Líneas Marítimas Romero, Federico Romero. Entre las tres y las cinco de la tarde de la pasada jornada desplazaron a Lanzarote "más de 500 viajeros".

El servicio de Water Taxi realizó "unos cinco viajes la tarde noche del lunes entre Órzola y La Graciosa y alguno más en la mañana de este martes. Además de los visitantes", explicó el dueño de esa empresa, Daniel Toledo, "trajimos a vecinos que salieron tarde de trabajar en Lanzarote y volvieron a La Graciosa para partir el año".

Los aparcamientos públicos del pueblo de Órzola, "amanecieron llenos de coches, con unos 500 vehículos, de los ciudadanos que se fueron a La Graciosa", informó la Policía Local de Haría.

Ahora, La Graciosa trata de volver a la normalidad tras un comienzo de año cargado de actividad económica.

En lo que respecta a Lanzarote, en Arrecife algunas de las cafeterías de la avenida marítima y los barrios, tomaron el relevo a las discotecas y bares de ocio nocturno. Después de las copas, el chocolate caliente con churros antes de irse a descansar fue el principal reclamo de los que alargaron la celebración hasta que se hizo de día.

Sobre las 21.00 horas del 31, los bomberos del Consorcio de Emergencias hicieron una salida para apagar un incendio en un contenedor en San Francisco Javier y actuaron en otro caso similar a las 00.00 horas del martes en Tías.