El ex alcalde de Teguise y expresidente del Cabildo de Lanzarote Dimas Martín será uno de los pocos presos canarios que tendrá la mala fortuna de conocer todas las cárceles de Canarias. Los problemas con la justicia del político conejero le ha llevado a pisar en más de cinco ocasiones la cárcel de Tahíche, en Lanzarote, desde que en el año 1975 entrara por primera vez a una celda por un presunto delito de estafa por la venta de unos apartamentos.

Sin embargo, en los dos últimos años el tratamiento de Instituciones Penitenciarias hacia Dimas Martín ha sido particularmente duro. El estallido del último caso de corrupción en Lanzarote (el denominado caso Unión) le ha cerrado todas las puertas.

Las escuchas del caso Unión descubrieron que Dimas tenía demasiados privilegios en la cárcel de Tahíche donde cumplía su última condena por malversación de caudales públicos en la gestión del Complejo Agroindustrial de Teguise. Y es que además de disfrutar del tercer grado que le permitía salir casi a diario de la cárcel, Dimas llegó a tener hasta un teléfono móvil y recibir todo tipo de documentación al margen de la legalidad.

La primera medida fue su traslado inmediato a la cárcel Tenerife II el 23 de junio de 2009, apenas un mes después de que saltara el caso Unión, que investiga el presunto cobro de comisiones ilegales en el Ayuntamiento de Arrecife y otra serie de tramas en las que según la Fiscalía, Dimas Martín es uno de los principales cabecillas.

Las investigaciones policiales demostraron que Dimas seguía controlando prácticamente toda la vida política de la isla a pesar de estar cumpliendo condena. Pero todo cambió con el caso Unión hasta el punto que apenas ha conseguido ya ningún tipo de permiso. Sus visitas a Lanzarote sólo están relacionadas con sus comparecencias en el juzgado para declarar.

Desde hace unos meses, Dimas está en la nueva cárcel de Juan Grande en Gran Canaria, donde fue enviado sin ningún aviso previo desde Tenerife II. De hecho, el juzgado de vigilancia penitenciaria de la prisión de Tenerife le concedió el tercer grado, beneficio que le fue anulado por Instituciones Penitenciarios y que a la postre dio lugar a su traslado a Gran Canaria, donde se encuentra actualmente. Su familia no cree que salga ya de la cárcel hasta diciembre de 2014 cuando cumpla los ocho años de condena. Y a partir de ahí a esperar por los nuevos casos de corrupción en los que se ha visto envuelto.