En un lateral de la ermita de San Marcial, en Femés (Yaiza), los vecinos Nicolás Rodríguez, Basilio Reyes y Paco Pérez hilaban una conversación en la que no faltaron las reacciones a la reivindicación que el expresidente del Gobierno de Canarias Lorenzo Olarte realizó "por sorpresa" el pasado miércoles durante el pregón inaugural de las fiestas de San Marcial. Olarte cree que Lanzarote debe recuperar el obispado que se ubicó en el Rubicón (junto a las playas de Papagayo) a principios del siglo XV. Ayer se cumplieron 609 años de la bula del Papa Benedicto XIII que erigió en catedral la iglesia del Rubicón.

"Como nos descuidemos nos quitan hasta el templo. Primero tuvimos una catedral, luego una iglesia y ahora una ermita que está mal atendida porque está cerrada y hay que pedir las llaves para visitarla, a pesar de que hay mucha gente que pasa por el pueblo todos los días y quiere entrar a verla", afirmó Nicolás. Opinó que "no debieron quitarnos nunca el obispado. Se quieren llevar todo de aquí y lo han hecho hasta con la festividad insular de San Marcial, que es patrón de Lanzarote. No me extraña que quiten hasta el nombre de Rubicón de la Diócesis de Canarias", señaló Nicolás en el día grande de Femés.

El caso, prosiguió Paco, es que "a San Marcial lo quiere todo el mundo como ocurre con Cristóbal Colón en La Gomera y en Gran Canaria". Añadió que "los políticos en Tinajo se han preocupado más por mantener los Dolores como patrona que los de aquí a la hora de reivindicar la importancia que tuvo San Marcial".

Mientras tanto, Basilio mostró su extrañeza por "la falta de viento en el día de San Marcial, a diferencia de otros años en los que había ventolera. Será porque en junio pasado hubo tanto viento que no quedó nada para San Marcial", bromeó. Suscribió los comentarios de sus compañeros porque "a San Marcial hay que darle el sitio que le corresponde".

Juana Umpiérrez acudió a Femés acompañada de sus padres, Socorro Pérez y Juan Umpiérrez. Son de Tinajo, municipio en el que se asienta el santuario de la patrona de Lanzarote, la virgen de los Dolores. No han perdido la tradición de acudir a Femés cada siete de julio. "A los dos santos los quiero por igual, pero para mí los Dolores tiene algo especial", dijo Socorro momentos antes de entrar a la ermita de Femés.

Desde Arrecife llegaron Elsa Viera y Guillermo González para pedirle a San Marcial que "la cosa mejore y haya más trabajo y salud, sobre todo".

El deán de la catedral de Santa Ana (situada en Las Palmas de Gran Canaria), Nicolás Monche, presidió este domingo la misa en honor a San Marcial en Femés. Monche cree que Olarte "se confundió y cometió un error histórico" en su petición, a raíz de la cual se comprometió a realizar las gestiones oportunas ante la Santa Sede si tuviera la oportunidad de ser recibido en audiencia por el Papa Francisco.

Según aclaró Monche, "Lanzarote no se ha quedado sin obispado, lo que ha ocurrido es que la sede se trasladó a Gran Canaria porque esa isla es más grande, tenía más habitantes y era el centro político, entre otras razones. Y esa diócesis no es una distinta a la que se erigió en Lanzarote".

La Diócesis de Canarias y el Rubicón (administran Lanzarote, Fuerteventura y Gran Canaria) estuvo ubicada en el sur de la isla de los volcanes entre 1407 y 1485, año en el que se trasladó a Gran Canaria a instancias del obispo Frías.

San Marcial no solo es patrón de Lanzarote sino de la diócesis canaria, la única que existió en el archipiélago hasta que en el siglo XIX se fundó la Diócesis Nivariense (abarca las islas de Tenerife, La Palma, La Gomera y El Hierro).

El deán de Santa Ana aseveró que Lanzarote no tiene la suficiente población para tener obispado propio. "Si cogemos cualquiera de las tres vicarías de Gran Canaria (Las Palmas, la zona sur y norte), en cualquiera de ellas hay más gente que en Lanzarote y Fuerteventura juntas y no hay obispado en cada una, por lo que la propuesta de Olarte no es viable, como si lo pidiera para Telde o Betancuria, que también tuvieron su obispado".

Con obispado o sin él los lanzaroteños no dejarán de venerar a San Marcial, un santo francés cuya advocación trajeron a la Isla a comienzos del siglo XV los conquistadores franco normandos.