"No al cierre sin solución". Este fue el grito de protesta de los casi 200 vecinos de La Graciosa que se concentraron ayer frente a la oficina de Bankia en Caleta de Sebo y que tiene previsto cerrar a mediados de octubre dentro del plan de recortes puesto en marcha por esta entidad bancaria que afectará a otras 54 sucursales del Archipiélago. El cierre de esta oficina dejaría a la octava isla sin ninguna entidad bancaria y cajero automático lo que supondría un serio revés para la economía graciosera.

"Diez euros de barco, cinco euros de guagua y un mínimo de cuatro horas de viaje para acceder a nuestras cuentas". Con un enorme cartel en las manos una de las vecinas de La Graciosa resumía el calvario que tendrán que sufrir muchos gracioseros a partir de octubre si necesitan sacar dinero de sus cuentas o realizar alguna gestión bancaria.

Y es que los gracioseros sólo tendrían el recurso de desplazarse en barco hasta el muelle de Órzola en Lanzarote y de allí coger bien una guagua o un taxi hasta la oficina de Bankia en el pueblo de Haría, situado a 12 kilómetros. En la actualidad la oficina de Bankia en Caleta de Sebo está abierta sólo los lunes y jueves en horario de 09.00 a 13.00 horas.

La concejal de La Graciosa por el Ayuntamiento de Teguise, Alicia Páez critica además que con el cambio de la Caja Insular de Ahorros a Bankia ha empeorado también el servicio que ofrece el único cajero automático de la isla. "Nos han puesto un cajero de segunda mano que está continuamente averiado", destaca. De hecho, en agosto llegaron a estar varios días sin poder acceder a un cajero por las continuas averías.

El promotor de la iniciativa popular "La Graciosa, octava isla de Canarias", Miguel Páez, destaca que el cierre de Bankia atenta "contra el derecho que tenemos los gracioseros de contar con todos los servicios básicos". Páez asegura que con esta medida "se vulnera el derecho a ser tratados como una isla más del Archipiélago y no como un pueblo de Lanzarote".

La Graciosa, con unos 700 habitantes pero que llega a triplicar su población en verano y durante muchos fines de semana, es uno de los lugares más afectados por los planes de Bankia para cerrar un tercio de sus oficinas en Canarias, muchas de ellas heredadas de la extinta Caja Insular de Ahorros de Canarias. Los vecinos de otros pequeños pueblos como Artenara y Tejeda en Gran Canaria también tendrán que recorrer más de 20 kilómetros para ir a un banco.

Aunque Bankia ha anunciado que, para este tipo de casos, buscará soluciones alternativas, como dejar operativos cajeros avanzados, los gracioseros entienden que su isla debe tener su oficina. "Los mayores serán los más afectados por el cierre porque la gran mayoría no sabrán gestionar sus cuentas a través de internet", asegura Miguel Páez. "Sabemos que durante muchos meses la oficina no es rentable pero es un servicio público como la sanidad y la educación".