La travesía a nado El Río no es solo una competición deportiva es también una prueba de superación, de retos personales y sobre todo de sueños. Andrés Martín y Miguel Barreto son dos jóvenes lanzaroteños que han visto en el deporte la mejor manera de luchar contra sus discapacidades físicas. Andrés nadaba ayer su tercera travesía que logró terminarla en hora y media. "Para mí esta prueba es una fiesta, es un reto", destaca Andrés que desde este mes se entrena en el Club Ademi de Tenerife para intentar acudir al próximo campeonato de España de natación adaptada.

"Tengo que mejorar mi marca en un segundo para alcanzar la mínima para el Campeonato de España", apuntaba Andrés. Aunque en su mente empieza ya a rondar una de las pruebas más duras de Canarias: la travesía La Bocaina que une Lanzarote con Fuerteventura con una distancia de 14 kilómetros. "Pero eso es todavía un sueño", afirma.

Miguel Barreto estaba contento ayer tras terminar su primera travesía en poco más de una hora. "Estoy un poco cansado de los músculos", confesaba tras pasar la linea de meta . Un joven de 18 años que también ha decidido desplazarse desde Lanzarote hasta Gran Canaria para entrenar en el Club Natación Las Palmas.

"Se lo dedico a mis dos hijos que también son nadadores pero que no han podido venir porque estudian fuera", afirmaba emocionada Carmen María Navarro al pisar la explanada del muelle de Caleta de Sebo. "He cumplido mi sueño" reconocía esta grancanaria con el dorsal 683.

Y es que la travesía es un cúmulo de retos personales. Oreste Delgado destaca que después de muchos años se decidió a emprender este desafío. "Reconozco que no me atrevía a realizar esta prueba pero ahora puedo decir que mejor imposible", sonreía.

El amor propio fue lo que llevó al palmero Edu Córdoba a realizar la travesía. "Es algo que se debe hacer una vez en la vida", afirmaba.

Por su parte, el navarro Carlos Brieba, que lleva residiendo en Lanzarote desde hace 20 años, también estaba de enhorabuena tras culminar la prueba. Era su tercera vez aunque todavía tenía en el recuerdo la travesía de hace dos años cuando tuvo que ser rescatado por los barcos de la organización al igual que sucedió con otros 400 nadadores cuando las corrientes obligó prácticamente a suspender la prueba.

Las colombianas María Fernández y Beatrizx Guzmán apenas tuvieron tiempo de aterrizar en Lanzarote para participar por vez primera en la travesía. "Venimos de Tenerife y esta misma noche regresaremos", decían estas dos principiantes pero con ganas de volver el próximo año. "Pero no se nos olvidará la bandera de Colombia para participar en el desfile de las nacionalidades", afirmaban.

Más numeroso era el grupo de exnadadores del Club Canoe madrileño que desde hace unos años se apuntan a El Río. Eduardo Acosta (que participaba por primera vez), Sergio Jiménez, que venía expresamente de Canadá, los hermanos Daniel y Camilo Martínez (el veterano con ocho travesías a sus espaldas) y José Jiménez tienen ya esta prueba fijada en el calendario.

Óscar Jorge fue otro de los nadadores conejeros que se lanzaba al agua por vez primera desde la playa del Bajo Risco de Famara. "Cuando uno llega a los cuarenta se marca sus propios retos y éste ha sido uno de ellos y me da igual el puesto en que he terminado porque el premio es el mismo para todos: un plato de paella".