La vinagrera o calcosa es una planta endémica de Canarias pero que en Lanzarote se le considera como una especie invasora y que está causando un serio problema para el ecosistema del parque nacional de Timanfaya. Una planta que se introdujo en Lanzarote como forraje para los animales (de hecho es una de las comidas preferidas para las cabras) pero que poco a poco ha ido colonizando las lavas volcánicas de Timanfaya por la desaparición del pastoreo en otras zonas de la isla.

Desde el año 1991 se ha llevado a cabo una serie de campañas dentro del parque nacional con el objetivo de al menos controlar la invasión de una planta con una alta tasa de regeneración.

La última campaña para controlar a la vinagrera concluía ayer en la zona de El Chinero, en Timanfaya, considerada como una de las áreas más degradadas del parque nacional. Un total de seis trabajadores han llevado a cabo durante tres meses un proyecto para la eliminación de flora exótica en Timanfaya a través del convenio de colaboración entre la Consejería de Educación, Universidades y Sostenibilidad del Gobierno de Canarias y la Fundación la Caixa que ha aportado 50.000 euros.

Aunque la erradicación de esta especie en el interior del parque nacional se muestra como un objetivo imposible (la planta ya forma parte del paisaje de Lanzarote) sí se pueden establecer medidas para su erradicación y control.

En tres meses se han eliminado un total de 2.100 plantas adultas de vinagrera, además de 3.110 en desarrollo. Previamente al corte se han eliminado las semillas (más de 43.000) para evitar la dispersión. El total de residuos vegetales que se han retirado en esta campaña ha alcanzado los 15.500 kilos. Se trata de una de las plantas canarias con mayor poder de dispersión y colonización, que se encuentra desde el nivel del mar hasta por encima de los 1.000 metros de altitud.