¿Han sido las vivencias personales que recoge en su libro Me quedo con lo mejor, el papel más difícil al que ha tenido que enfrentarse a lo largo de su vida?

No lo he planteado así. El libro no es una biografía, sino tramos de mi vida, es decir, datos que han configurado mi persona, mi manera de ser, de entender la vida, mi manera de encararla y de vivirla. Cuando me pidieron escribir el libro pensé que estaría bien dejar unos datos para que la gente que tenga alguna curiosidad por saber algo de mí sepa quién soy. Normalmente, a través de lo que vemos, todos nos formamos una idea a nuestra manera por el trabajo que se hace, en mi caso, por los personajes, por las entrevistas... El libro da unos datos reales de mi persona.

¿Considera que en alguna ocasión el público ha tenido una idea equivocada de usted que no se corresponde con la realidad?

Soy una persona querida, he sentido el cariño de la gente, la comprensión, la respuesta de mi trabajo, que ha sido siempre estupenda. Pero lo mismo que admiro a Gabriel García Márquez y me gustaría saber de su persona y cómo es él, salvando todas las distancias, me gusta que la gente sepa cómo soy. Me he 'desnudado' un poco desde mi nacimiento en distintos tramos de mi vida y me he quedado con lo mejor que me ha tocado pasar. Como todo el mundo, he tenido mis reveses. La gente piensa que soy una mujer muy tranquila, una triunfadora... pero en la vida he tenido recorridos de todos los colores.

Usted ha sido una persona liberal, adelantada a su tiempo. ¿Cómo ve a las mujeres de hoy en día en ese aspecto y las movilizaciones en contra de la reforma de la Ley del Aborto, uno de los frentes de las protestas actuales?

La gente está luchando porque no hay otro remedio. Nos ha costado muchísimo. Nací con derechos como mujer porque nací en la República, pero nos los quitaron al año. Luego me pasé la vida sin derechos hasta que llegó la Democracia y empezaron a darnos poco a poco lo que nos corresponde. No nos han regalado nada y ha costado muchísimo. Eso tiene que estar presente en las mujeres de hoy en día. Ha costado muchísimos años y mucha gente se ha quedado en el camino. El sufrimiento de las mujeres ha sido infinito porque no teníamos ningún derecho, ahora los tenemos y no los podemos perder de ninguna de las maneras. Ni que lo diga Gallardón ni el padre de Gallardón, que está en otro mundo, que viniera a enmendarle la plana.

¿Qué es de lo que nunca se desprendería de toda su vida?

Me quedaría con la coherencia que he tenido en la vida. Cuando la coherencia forma parte de una persona se aplica a casi todo, salvo cuando te vuelves loca por algo y entonces pierdes pie. Leo cosas de cuando empecé en la profesión, que tendría 18 o 19 años, y ya aplicaba a realizar lo que he hecho en el camino. Eso forma parte de la educación que recibí y el hecho de estar entre gente que me enseñó a permanecer sobre mis pies, sobre mí misma, sobre todo y por encima de todo. Aunque esté absolutamente sola, de momento, sé sostenerme sobre mí. He aprendido de los míos a defenderme en la vida y, al mismo tiempo, ser coherente y no pisarle el cuello a nadie.

¿Qué le pareció la ausencia del ministro de Educación, Cultura y Deporte José Ignacio Wert, de la reciente gala de los Premios Goya del cine español?

No pude ver la gala porque estaba haciendo una función de teatro en Las Palmas de Gran Canaria y en el lugar al que nos fuimos a cenar no había televisión. Toda España sabía que no iba a ir. El ministro está en su derecho de no ir. No tuvo el valor de sufrir el chaparrón que le venía, lógicamente.

El Gobierno ha anunciado que bajará el IVA del 21% al 10% al arte. ¿Qué opina que esa reducción no afecte, por ahora, al cine o al teatro?

Opino que es un disparate rebajar el IVA a las obras de arte y, en cambio, para que se haga el arte, no lo rebajen. Me parece una incoherencia. Mientras no bajen el IVA, la parte nuestra de la cultura seguirá dañada, como están otros sectores. Mientras no piensen que hay que darnos facilidades a todos para salir de la quiebra económica tan grande que ha habido, habrá que buscar nuevas salidas y que nos bajen los impuestos, aún entendiendo que hay que recaudar.

A lo largo de su trayectoria como actriz usted se ha puesto en la piel de cientos de personajes, entre ellos su célebre y aplaudida Carmen Sotillo, en Cinco horas con Mario. Algunas historias han marcado un antes y un después en su trayectoria. ¿Qué papel le queda o le gustaría interpretar?

Me queda todo por hacer. Para una actriz hay muchos. A medida que vas cumpliendo años te quedan por el camino personajes que no puedes hacer. He hecho y sigo haciendo los que puedo con arreglo a la edad que tengo. Nunca he estado apegada a un personaje que tendría que hacer por encima de todo. Esa no ha sido mi meta. En cambio, sí he querido estar encima del escenario y participar en lo que hiciera con otras gentes, formar parte de un equipo y vivir lo que se vive en el escenario. Me gustan los personajes que yo pueda defender sobre un escenario.

Está en plena gira con la obra En el estanque dorado. ¿Piensa en un próximo proyecto?

Tengo un par de proyectos, pero, prácticamente, acabo de empezar con la gira de En el estanque dorado y tenemos representaciones hasta el año 2015. Tengo por delante mucho trabajo y quiero dedicarme plenamente a él. Recorreremos toda España y, en ese sentido, tengo mucho jaleo por delante.