En San Bartolomé no se habla de otra cosa. La muerte de Pilar de León, presuntamente, a manos de su propio hijo dejó helado a este tranquilo pueblo de Lanzarote, conocido tradicionalmente por sus batatas y tierras de jable. Las bajas temperaturas, con mínimas de once grados centígrados, según la Aemet, no invitaban este sábado a salir a la calle, pero la noticia del homicidio corrió como la pólvora en los comercios y bares de la localidad, a donde acudieron los vecinos a realizar sus compras cercanas o intentar entrar en calor con un café bien caliente.

Mercedes Morales se enteró del trágico fallecimiento de Pilar cuando acudió al Autoservicio Cunana, próximo a su casa. "Todavía no me creo lo sucedido. Algo tuvo que pasar por la cabeza de Nico para hacer lo que dicen que hizo. Nunca conocí que este chico tuviera problemas", se preguntaba Mercedes mientras secaba el agua de lluvia que se había colado por la puerta de su vivienda.

"El marido de Pilar, Pepe, y mi esposo, Pedro, ambos fallecidos, eran muy amigos. Se fueron juntos al cuartel y a trabajar a África", recordó compungida Mercedes.

Añadió que "Nico se desvivía por su madre y la trataba con mucho cariño. Incluso, cuando Pilar iba al hospital a Arrecife a visitar a su hermana cuando estaba ingresada allí, su hijo la llevaba y la traía siempre porque no quería que su madre cogiera la guagua. Él no es de esos chicos rebeldes".

Nicolás participa habitualmente en la peña de la quiniela del bar La Barraca, uno de los más populares del casco de San Bartolomé. Hugo Pérez, uno de los clientes de ese negocio, dijo que "de un tiempo a esta parte Nicolás estaba más distante de lo normal, a pesar de que es una persona que no habla mucho, a no ser cuando se refiere a su equipo de fútbol del que es fan aférrimo, el Real Madrid. Hace unos días su madre le había llevado la baja médica al trabajo".

Otro de los usuarios de La Barraca que prefiere mantenerse en el anonimato dijo que "Nicolás fue visto en pijama por la calle cerca de la casa de su madre".

La empresaria Juana Saavedra explicó que "nos quedamos todos parados cuando nos enteramos de la noticia. Pilar era un persona muy conocida y querida en el pueblo".

A esas mismas cualidades se refirió Carmen Hernández, quien regenta un despacho mixto de lotería en San Bartolomé. "Era muy buena madre con sus hijos y todo el mundo la quería. Me ha sorprendido enormemente lo que ha pasado. No tenía problemas con nadie y no había quejas de ella".