"Es un hombre muy campechano y muy normal". El actual vicepresidente de la Asociación Insular de Hoteles y Apartamentos de Lanzarote (Asolan), Francisco Martínez, es quizá una de las personas de Lanzarote que más contacto directo ha tenido con don Juan Carlos tras haber sido el encargado del mantenimiento de la casa real de La Mareta de Costa Teguise durante casi una década. "En esa época era muy preguntón porque quería conocer cosas de Lanzarote", destaca Francisco Martínez.

La relación de la Familia Real con Lanzarote ha sido constante desde que el rey Hussein de Jordania le regalase a "su amigo" don Juan Carlos a finales de los años 80 una chalé a orillas del mar en Costa Teguise. Un edificio que forma parte de Patrimonio del Estado y que ha sido utilizado tanto por los miembros de la Familia Real como por distintos mandatarios españoles y europeos (los expresidentes José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero, el expresidente ruso Mijail Gorbachov y el exdirigente checo, Vaclav Havel).

La primera vez que la Familia Real se hospedó en La Mareta fue en 1993 después del fallecimiento del padre del Rey, don Juan de Borbón. "Nunca pidieron nada extraordinario y sólo había que cuidar la alimentación de la Reina porque es vegetariana", señala Martínez. "Me acuerdo que una vez se plantó en la cocina y me dijo que le partiera un poco de jamón porque de los platos que había sacado no le habían dejado probar ni un bocado", añade.

Martínez recuerda que una vez rechazó la invitación del Rey a dar un paseo en helicóptero por la isla. ¿Qué pasa que no te fías de tu rey", le dijo en tono jocoso.

No obstante, la primera visita de los reyes en Lanzarote tuvo lugar en el año 1973, cuando todavía ostentaban el título de Príncipes de España. En Arrecife se asomaron a saludar a la multitud que se congregaba frente al antiguo ayuntamiento de la capital conejera.

Trece años después ya como reyes de España, los monarcas visitaban la isla de La Graciosa. "Me acuerdo que me llamaron para montar un gran buffet al aire libre en el muelle para que asistieran todos los gracioseros. Pusimos frutas y los pescadores trajeron meros para la guarnición", indica Francisco Martínez que en esa época regentaba la dirección del apartahotel Los Zocos de Costa Teguise. En la octava isla el monarca inauguraba el parque natural del Archipiélago Chinijo.

Fue precisamente en la residencia de La Mareta donde la Familia Real pasó uno de los momentos más tristes tras el fallecimiento repentino de la madre del Rey, doña María de las Mercedes de Borbón, el 2 de enero del año 2000. La delicada salud de doña Mercedes hizo que la Familia Real al completo se desplazara a Lanzarote a pasar las navidades de 1999. Las infantas Cristina y Elena con sus respectivos maridos, Iñaqui Urdangarin y Jaime Marichar, respectivamentre y el príncipe Felipe se encontraban también en esos momentos en La Mareta.

"Estaba en Gran Canaria cuando me llamó el presidente del Gobierno de Canarias (Román Rodríguez) para decirme que teníamos que irnos de inmediato a Lanzarote porque se había muerto la madre del Rey", relata el exconsejero de Turismo, el lanzaroteño Juan Carlos Becerra. "Cogimos un helicóptero y nada más llegar nos dirigimos con el presidente del Cabildo, Enrique Pérez Parrilla, a La Mareta para dar nuestras condolencias", señala.

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