Las tradicionales alfombras de sal del Corpus Christi en Lanzarote se han confeccionado este año con sal marina del parque natural de las Salinas y Arenales de San Pedro del Pinar en Murcia y no con las que se producen en las salinas de Janubio en Yaiza, consideradas las más importantes de Canarias, o las de Los Cocoteros de Guatiza en Teguise como venía haciéndose en los últimos años. La razón no ha sido otra que la de ahorrarse algo más de 30.000 euros en una compra de 100 toneladas.

El Cabildo decidió optar por la oferta más ventajosa que era la de Murcia, desechando las ofertas de las dos salinas lanzaroteñas, que son las únicas que todavía quedan en explotación en la isla. Según los datos aportados por el Ayuntamiento de Arrecife el kilo de sal murciana estaba a 0,07 céntimos, que unido a los gastos de transporte supuso una inversión de unos 11.000 euros.

Por contra, el kilo de sal de Janubio estaba a 0,30 céntimos (30.000 euros en total) , mientras que la de Guatiza era de 0,43 euros el kilo (lo que hacía unos 43.000 euros). Según el Ayuntamiento a las dos ofertas de Lanzarote había que añadir el gasto del transporte.

La concejal de Cultura del Ayuntamiento de Arrecife, Eva de Anta, asegura que la decisión de adquirir la sal en Murcia ha sido exclusivamente económica. "La primera oferta que recibimos por parte de la empresa que gestiona las salinas de Guatiza fue de 1,5 euros el kilo lo que evidentemente se nos salía del presupuesto". De Anta asegura que el pasado año el kilo de sal de Guatiza les costó a 0,20 centímos. "No sabemos las razones por las que se ha disparado el precio", apunta De Anta.

"Cuando le dijimos que era imposible asumir ese precio nos enviaron otra oferta de 0,43 céntimos el kilo", destaca la concejala quien añade que al final fue el Cabildo el que decidió asumir el coste total de toda la sal para repartirla entre todos los municipios de la isla.

El único colectivo, de los 24 que confeccionaron ayer alfombras en Arrecife, que utilizó sal de Lanzarote fue la Orden del Cachorro. "Nosotros siempre utilizamos sal de Janubio porque hemos llegado a un acuerdo con sus propietarios", señala el presidente de este colectivo, Marcial Morales.

"Creemos que es importante defender nuestras salinas porque es parte de nuestro paisaje y nuestra identidad. Es como si para las ferias de las tapas compramos vinos de otra parte de España porque es más barato", indica Morales.

Por su parte, el director de la Escuela de Arte Pancho Lasso, Manuel Perdomo,defendía ayer la decisión de adquirir la sal más barata. "En los tiempos que estamos no podemos tirar el dinero, además la sal que utilizamos el pasado año era de Lanzarote pero era de una calidad horrible, llena de pedruscos negros", afirma.

"El año pasado recibimos muchas críticas porque la sal de Guatiza era pésima", sostiene Eva de Anta quien cree que las instituciones tienen que velar por mantener la tradición pero también por el dinero de los contribuyentes.

"Los vecinos de Lanzarote se muestran incrédulos ante una decisión sin precedentes tomada por parte de la primera institución de la isla, que no ha sido otra que la de comprar una importante partida de sal en otra región española, tratándose de un producto que por cantidad, tradición y calidad, se encuentra en cualquier rincón de nuestra tierra", aseguraba ayer Nueva Canarias en una nota de prensa. "Nos cuesta creer que decisiones de este tipo se puedan tomar tan a la ligera, cuando son las mismas administraciones públicas las que alientan a los ciudadanos a consumir productos locales", destaca este partido.

"Si le echas agua, la sal mejora muchísimo para realizar las alfombras", aseguraba ayer Manuel Perdomo, que lleva prácticamente toda su vida realizando alfombras de sal. "Hemos comprobado que con el agua se trabaja mejor, así que estamos yendo a buscar cubos de agua a la marea y nos está quedando perfecto el color", destaca.

La sal de Murcia se utilizó también en la elaboración de las alfombra s del resto de los municipios de la isla, dado que el Cabildo se comprometió a afrontar este gasto.