En el año 1964 la isla de Lanzarote iniciaba su camino hacia el desarrollo económico con la construcción del que sería su primer hotel netamente turístico. De la mano del empresario grancanario Virgilio Suárez Almeida y los inversores Fernando Machado del Hoyo y el que fuera presidente del Atlético de Madrid, Vicente Calderón, comenzaba la construcción del hotel Los Fariones en lo que se conocía como La Tiñosa en Puerto del Carmen (Tías), donde apenas había algunas casas de pescadores.

Una aventura empresarial que 50 años después ha sido reconocida con la concesión a Virgilio Suárez, a título póstumo, del premio Distinguido del Turismo que entrega cada año el Cabildo de Lanzarote con motivo del Día Internacional del Turismo.

"Para nosotros es una enorme satisfacción y un orgullo que se le reconozca la labor desarrollada por mi padre", señala su hijo Virgilio Suárez García, quien recuerda la arriesgada apuesta de su padre de levantar un hotel en medio de la nada. Y en una época muy complicada económicamente en la que apenas fluían los créditos y las subvenciones oficiales.

Y es que cuando Virgilio Suárez puso sobre la mesa su proyecto de crear un hotel en La Tiñosa, muchos fueron los que se echaron las manos a la cabeza. De hecho en Lanzarote sólo estaba el Parador de Turismo y un incipiente hotel Lancelot en Arrecife. En el resto de la isla no existía ningún otro establecimiento turístico. "Para llegar el hotel había que ir por una carretera de tierra y maltrecha, ya que una de las pocas vías que estaba asfaltada era la de Arrecife al aeropuerto", señala Suárez García quien recuerda que su padre llegó incluso a tener un accidente cuando iba en un jeep hacia el hotel.

Virgilio Suárez llegó a Lanzarote a finales de los años 50 desde Gran Canaria, donde fue el creador de la fábrica de tomate Intercasa. el hotel La Estrella, en La Garita, o el impulsor del hotel Tamarindos, en el sur de la isla. ""Era un hombre muy sectorial, muy inquieto y que afrontaba muchos de sus proyectos de forma paralela", destaca su hijo. Y en Lanzarote su gran reto fue el hotel Fariones.

El despertar del turismo coincidió también con la presidencia en el Cabildo de José Ramírez Cerdá, que junto a César Manrique y un grupo de colaboradores pusieron en marcha la red de Centros de Arte, Cultura y Turismo. En el mismo año que comenzaban las obras del hotel Fariones se abría a los turistas la Cueva de los Verdes y, dos años después, Los Jameos del Agua. Empezaba de esta manera la gran revolución turística de la isla de los volcanes.

Así que el siguiente reto de Virgilio Suárez era traer turistas, dado que con la apertura del hotel en octubre de 1967 se había duplicado la oferta de camas turísticas. Fue así como nació la agencia Viajes Insular, que en sus primeros años se especializó en el turismo nórdico.

La trayectoria de Virgilio Suárez en el hotel Fariones se prolongó hasta prácticamente su fallecimiento en el año 1983. Dos años después la familia Suárez vendía sus acciones a la familia Rosa, actuales propietarios del hotel.

"Hasta casi dos meses antes de morir, mi padre venía a Lanzarote donde siempre se sintió muy querido y apreciado", señala su hijo.

Aunque Virgilio Suárez siempre siguió de cerca su negocio hotelero en Lanzarote, su hijo no quiere pasar por alto la labor que desarrollaron algunos de los más cercanos colaboradores de su padre, como el que fuera el director del Fariones, José Figuereo Vivancos -tres años después de su apertura y prácticamente hasta su muerte-, "el primer conserje Rafael Miranda, la gobernanta Juana Lemes o el inagotable Gerardo Cabrera y su Trío Fariones, que hicieron de la boîte La Cueva punto de encuentro, amenizando veladas durante unos 14 años".