El dorado jable del edén graciosero se volvió a teñir de sangre esta semana con otro de los sucesos que han alterado la apacible vida del mayor de los islotes del Archipiélago Chinijo, de poco más de 500 habitantes, una joya de la naturaleza donde "las olas lavan tu rostro y la brisa lo embellece", como rezan esos versos de la poetisa local Inocencia Páez, ya fallecida, en su poema Mi isla mi sueño.

El suceso de la noche del pasado lunes no fue siquiera un mal sueño retorcido bajo un manto de tenues estrellas. La tragedia encendió La Graciosa y en esta ocasión se cebó con Carmen Sandra Morales, de 42 años y vecina de Caleta del Sebo, Sandra la rubia, como la llaman.

Las cuchilladas la acechaban cuando apuraba su jornada de trabajo el pasado lunes en el supermercado Unide. Sandra Noemí Ramos, conocida como Sandra la uruguaya (43 años), también residente en La Graciosa y empleada de otro supermercado, esperó a que saliera del local y, supuestamente, la embistió con un cuchillo causándole siete puñaladas cuando se encontraba junto a la plaza de la ermita Virgen del Mar. Carmen Sandra sigue ingresada en el hospital Doctor José Molina Orosa de Arrecife, recuperándose de sus heridas, y el juez ha decretado prisión provisional para Sandra Noemí por un delito de tentativa de homicidio. Lo sucedido tiene un trasfondo sentimental. La uruguaya también tuvo que ser hospitalizada para ser intervenida en un dedo que se dañó durante la agresión, que presenciaron las vecinas de La Graciosa, Benida Toledo, Eleuteria Páez, madre y tía de la víctima, respectivamente, y Fe Toledo.

En un periodo de tan solo cuatro años, "la triste monotonía" de La Graciosa que "cada día rompen con la melodía de su jolgorio las aves marineras", tal y como escribió Inocencia Páez, se ha visto alterada por los dos episodios más dolorosos de toda su historia. Ambos llevan sellos sangrientos y de color gris plata.

En la madrugada del 29 de julio de 2010 el corazón de Gerardo Miguel Romero (44 años) dejó de latir tras la mortal agresión que le produjo en el pecho Sebastián Bermúdez (Chani) tras clavarle en dos ocasiones unas tijeras. Los dos, que eran primos, habían discutido poco antes en una pizzería de Caleta del Sebo. Sebastián fue juzgado por un jurado popular en 2013 en la Audiencia Provincia de Las Palmas y cumple una condena de 12 años por homicidio en la prisión de Tahíche.

María José Páez, auxiliar de Farmacia del botiquín de La Graciosa, aseguró que lo ocurrido con Carmen Sandra y Sandra Noemí "ha sido un disgusto muy grande para el pueblo que no nos esperábamos nadie y nos ha hecho revivir la muerte de Gerardo".

El silencio que se escucha

Al día siguiente del apuñalamiento de Carmen Sandra, el martes, "solo el silencio era lo que se escuchaba, ni siquiera las gaviotas, de lo conmocionada que se quedó la Isla. Seguimos sin encontrar explicación a lo ocurrido porque la uruguaya era una graciosera más que se integró muy bien en la Isla", apuntó María José. Su suegra, Clotilde Curbelo, reconoció que "en el pueblo medio miedo hay, pero yo no tengo nada malo con ninguna".

Carmen Dolores Páez cree que "la uruguaya tuvo un momento de locura y, por eso, hizo lo que hizo. Nos dio pánico y de alguna manera volvimos a vivir lo que le pasó a Gerardo".

Margarona Páez, que fue concejala de Teguise en La Graciosa durante 33 años, apuntó que "enseguida se me vino a la mente la muerte de Gerardo. Suerte que esta niña escapó de milagro". En opinión de Margarona, "la uruguaya no pensó en los dos hijos que tiene para cometer la locura que hizo".

A Carmelo Guadalupe lo que pasó le refrescó "otra vez" la muerte de Gerardo. Dijo también que "entre las dos mujeres ya había habido jaleo, pero nadie ve venir la tragedia hasta que ocurre".