Teguise celebró ayer en medio de su bullicio dominguero en plazas y callejones el 30 aniversario de su mercadillo, el mayor de Canarias. La plaza de la Constitución se convirtió en el punto neurálgico de la cita cumpleañera en la que no faltó una tarta para endulzar el acontecimiento. La repostera italiana Micaela Mancini elaboró el gran pastel en nata y chocolate en el que recreó el citado espacio y la iglesia de Guadalupe, además de varios tenderetes de venta. La dulce creación tenía un peso de veinte kilos y su autora tardó una semana en elaborarlo.
Los artesanos Rogelio Quintana y María Victoria Suárez y la concejala de Comercio de Teguise, Lourdes Cabrera, fueron algunos de los presentes que soplaron las velas con la canción de cumpleaños feliz en español e inglés de fondo que coreó el público.
El mercadillo, que comenzó su andadura con apenas una decena de puestos en 1985, tiene previsto incorporar 99 vendedores de las 250 nuevas solicitudes que se presentaron en el Ayuntamiento de Teguise para ese recinto al aire libre. Ese casi centenar de actividades se sumará a los alrededor de 310 vendedores que ya existen, afirmó Cabrera. Entre las nuevas propuestas que recibirán el alta figuran dos comercios de comida y, el resto, pertenece a artículos de artesanía y bazares.
María Victoria Suárez y Óscar Fraiz son dos joyeros que llevan 29 años en Teguise. Suárez aseguró que ha vivido "toda la vida" del mercadillo, aunque reconoce que "en términos generales, la calidad de los productos era mejor antes que ahora". Considera un acierto que los artesanos dispongan de una zona específica para vender sus creaciones y destacó que "la diferencia es lo que vende". Añadió que tanto ella como Fraiz tienen "muchos trabajos por encargo, tanto de residentes como de turistas que repitan su visita a Lanzarote".
Suárez coincidió con el pintor Rogelio Quintana en que el gasto que realizan los visitantes "era mucho mayor antes que ahora porque venía turismo de mayor poder adquisitivo". Quintana, quien acude a Teguise los domingos desde hace 19 años, también considera necesario que "se mejore la calidad de los artículos". Indicó que "ahora se vende no más del 20% de lo que se vendía hace cinco años". Su especialidad son los cuadros en óleo, acrílico y de arena.
La particularidad de Miriam González desde hace cinco años son las piezas personalizadas, entre ellas, muñecas, cajitas y bolsos. Logró su permiso a través del área municipal de Servicios Sociales, que reserva un cupo de autorizaciones para personas con escasos recursos económicos.
Cree que "entre lo que se oferta hay muchas cosas repetidas, por lo que la mercancía debería ser más variada".
El ayuntamiento repartió cientos de rascas con premio que se intercambiaban por gorras, tazas, llaveros o libretas. El consistorio estima que la afluencia dominical a la villa es de 10.000 personas.
