"Primero hay que abrir el palmito y luego se hacen trenzas por los cuatro lados". Las manos de la artesana Margarita Zerpa se multiplicaban ayer para tratar de explicar las técnicas de confección de los tradicionales palmitos para la procesión del Domingo de Ramos, con la que se abre la Semana Santa. Una veintena de personas asisten desde ayer al taller de elaboración de palmitos que ha puesto en marcha el Ayuntamiento de Haría para mantener viva una de las tradiciones artesanas de este municipio lanzaroteño, ubicado en el denominado Valle de las Mil Palmeras.
"Desde que me salieron los dientes", Margarita contaba ayer que el trabajo artesanal del palmito (el cogollo verde de las palmeras) se encuentra en su ADN. "En mi vida he hecho esteras, sombreras, ceretas... lo que se necesitaba para una casa", añade Margarita que estos días se dedica prácticamente en cuerpo y alma a la elaboración de palmitos por encargos. "Anoche terminé nueve para una familia de Arrecife", aseguraba.
Quien también estaba casi sin levantar los ojos de la mesa del taller de artesanía era Olga Cejudo, una vecina de Haría que tiene previsto realizar palmitos para sus cuatro nietos. Y es que la tradición en Haría consiste en regalar los palmitos a los más pequeños de la casa que después de bendecirlos en la ermita de San Juan se llevan en procesión hasta la iglesia de la Encarnación en la plaza del pueblo. "Después de la procesión se colocan en las cabeceras de las camas hasta los días previos del Miércoles de Ceniza que se llevan a la iglesia para quemarlos y convertirlos en ceniza con la que después el sacerdote nos hace la cruz en la frente", indica Olga.
Antonio Emilio Betancort, de 15 años, es el benjamín del taller de palmitos que continúa esta tarde, de 17.00 a 19.00 horas.. "Me gusta todo lo relacionado con la artesanía fundamentalmente la elaboración de rosetas de hilos, una técnica que me enseñó mi abuela Vicenta", aseguraba.
Por su parte, Martin Bissinger, un alemán que lleva más de 20 años en la isla, reconocía que la confección de palmitos era más difícil de lo que se pensaba. "Yo he realizado joyas, monedas caladas, pero los palmitos me está costando", señalaba Martín que había decidido salir un rato para aclarar las ideas. "Si te equivocas al principio tienes que empezar", insistía aunque dejaba claro que no tenía intención de asistir a la procesión. "La verdad es que no soy católico aunque me gustan las tradiciones como esta", afirmaba.
Para la que no tiene secretos los palmitos es para Esther Romero, que asegura que ya hace tiempo que no cuenta los años que tiene. Sin embargo, lo que no se le olvida es la técnica para hacer de un palmito una auténtica obra de arte. "Para hacer sombreras hay que dejar que los palmitos se sequen al sol", indicaba mientras sus manos no paraban de tejer un palmito para el Domingode Ramos.
La aparición de la enfermedad del picudo rojo (uno de los insectos más dañinos para las palmeras) a punto estuvo de acabar con la tradición artesanal de confección de palmitos. Una plaga que incluso obligó al Ayuntamiento de Haría a suspender hace varios años todo tipo de trabajos con las hojas de palmera.
Para la elaboración del taller de palmitos el Ayuntamiento de Haría ha necesitado un permiso del departamento de Medio Ambiente del Cabildo de Lanzarote para la poda de las palmeras. "Antes hacíamos los palmitos en nuestras casas pero ahora tras la enfermedad del picudo venimos a este taller", relata Severa Guadalupe, otras de las expertas que lleva varios años asistiendo a esta iniciativa municipal.
Desde la Concejalía de Cultura de Haría se recuerda que la técnica de confección de palmitos para la elaboración de distintos elementos forma parte de la tradición artesana del municipio norteño desde hace mucho tiempo, "siendo Haría de los pocos lugares donde se conserva y se continúa enseñando la misma", destacan.
Desde Arrecife se había desplazado Mari Nieves para participar en el taller. "Es la primera vez que vengo y estoy muy ilusionada con hacer el palmito para la procesión del próximo domingo". Juan Suárez era otro de los que se había apuntado al curso de dos días por su afición a las manualidades.
"Lo doblas así y lo vas encajando"... Margaritaseguía ayer impartiendo su particular clase magistral que los palmitos lucieran como palmitos antes de Semana Santa.
