Las fiestas de San Ginés de este año ya son historia. Catorce minutos de fuegos artificiales alumbraron anoche el cielo de Arrecife en la despedida de los sangineles con unos 300 kilos de pólvora que dieron forma a los juegos de pirotecnia que prepararon una vez más los Hermanos Luz, propietarios del único depósito autorizado que existe en Lanzarote para guardar este tipo de material.
Miles de personas acudieron al paseo marítimo de la playa de El Reducto y el parque Islas Canarias para ver el espectáculo que surgió desde la Punta del Camello y con el que la ciudad puso el broche de oro a sus festejos patronales.
"El Ayuntamiento de Arrecife nos ha ido reduciendo el presupuesto pero tratamos de mantener la cantidad de pólvora empleada y, sobre todo, la calidad", aseguró ayer José Manuel Luz, responsable del negocio familiar.
El mirador del Castillo de San José, alejado del centro de la ciudad, fue otro de los puntos, como viene siendo tradición, desde el que los ciudadanos divisaron el despliegue de color. Previamente, la actuación en el recinto ferial del grupo tinerfeño Atlantes, acompañado de los solistas Sergio Cabrera, Ciro Corujo y Valentín Fernández, amenizó la espera de uno de los momentos más esperados de San Ginés, como son los fuegos, en los que no cabe la improvisación. No solo por motivos de seguridad, sino por las expectativas del público.
Luz descartó que en Arrecife se produzca un accidente pirotécnico como el ocurrido el pasado fin de semana en El Cotillo (Fuerteventura) en el que resultaron heridas once personas. "Aquí el público está bastante alejado de los fuegos, por lo que ese tipo de problema no se puede dar", señaló. Tras los fuegos hubo verbena de parrandas con Pa'l Porrón y El Geito.
