La Caleta de Famara concluyó ayer sus fiestas patronales con una despedida multitudinaria. Veraneantes y visitantes abarrotaron el paseo marítimo, entre ellos vecinos de La Graciosa, para presenciar la procesión y el embarque del Sagrado Corazón de María en la playa del pueblo en torno a las 13.30 horas después de la misa. En el acceso a Famara desde Teguise se produjeron retenciones de vehículos al mediodía, sobre todo para entrar, y también para salir de la localidad costera.
Berto Martín, capellán del hospital Doctor Negrín, en Las Palmas de Gran Canaria, ofició la eucaristía y encabezó el recorrido de la imagen por las calles de jable de La Caleta junto a la banda municipal. Martín fue párroco de Teguise en la primera mitad de la década de los años noventa y a comienzos de 2000 estuvo destinado en Yaiza. El sacerdote se quedó "sorprendido" por el gentío, que no era habitual durante su etapa en Teguise. Los festejos han alcanzado tanta popularidad, que en la noche del sábado, según cifras de la Policía Local, "entre 7.000 y 10.000 personas" se dieron cita en La Caleta.
Una quincena de pequeñas embarcaciones se sumó a la procesión marítima. Antes de embarcar la imagen fue rociada con agua de la marea caletera. En el interior de la ermita, mientras la Virgen se encontraba de paseo, estaban Margarita Tavío y su sobrina Sandra Martín, para quienes "esta fiesta es todo un acontecimiento y un gran honor de que venga tanta gente a actos como la procesión y la verbena del agua".
En la noche del sábado los servicios de emergencias realizaron unas 25 atenciones por contusiones leves, una docena por intoxicaciones etílicas y un traslado al hospital por la caída de una mujer.
