Un asadero de pardelas cenicientas le puede costar caro a un grupo de 19 personas que se encontraban el pasado martes en el islote de Alegranza, en el Archipiélago Chinijo. Las 19 personas fueron identificadas por el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil por cocinar presuntamente pardelas cenicientas (Calonectris diomedea), ave catalogada como vulnerable en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial y el Catálogo Español de Especies Amenazadas.

Según el cuerpo armado, informaciones recopiladas por el Seprona determinaron que un grupo de personas, con autorización para fondear con embarcaciones en la playa del Veril, desembarcaron en el islote y cazaron ejemplares de pardela cenicienta, aprovechando su época de cría. Al ser una especie protegida, la Guardia Civil montó un dispositivo conjunto de investigación con el Servicio Marítimo. Los agentes desplazados el martes al islote con una patrullera identificaron a 19 personas cuando en la playa con varios toldos, mesas, sillas y cocinando, presuntamente, varios ejemplares de pardela.

La Guardia Civil recogió varias muestras de los especímenes que estaban siendo cocinados para confirmar, a partir de informes técnicos, si se trata de esta especie. El islote de Alegranza se halla dentro de un espacio protegido por la legislación con varios niveles, ya que se enmarca en el Parque Natural del Archipiélago Chinijo y es Zona de Especial Conservación (ZEC) y de Protección para las Aves (ZEPA).

La Guardia Civil ha informado a la Fiscalía de Medio Ambiente para, de confirmarse que las muestras sean de pardelas, imputar penalmente a los identificados como autores de un delito contra la flora y la fauna. Ya han sido denunciados según la Ley de armonización y simplificación en materia de protección del territorio y de los recursos naturales del Gobierno de Canarias.

Además, la Guardia Civil ha puesto en conocimiento del Cabildo de Lanzarote estas actuaciones para que sus técnicos evalúen el daño originado en el islote. La organización ecologista SEO Birdlife ha denunciado en reiteradas ocasiones el expolio de nidos en este islote, que acoge la segunda mayor colonia mundial de pardela cenicienta.