Cuenta la historia que fue un franciscano el que convocó al pueblo de Lanzarote para organizar una procesión con la imagen de la Virgen de los Dolores de Tinajo y dirigirse al frente de las corrientes de lavas y magmas ardientes. El objetivo no era otro que parar el volcán. Siglos después los lanzaroteños no necesitan de ningún volcán para acercarse hasta la ermita de Mancha Blanca para honrar a su patrona. Miles de personas se dieron cita ayer en este pequeño pueblo de Tinajo para asistir a la romería en honor a la patrona conejera.

Pasadas las seis y media de la tarde, la Virgen de los Volcanes salía de su ermita para reunirse un año más con sus fieles. "Ten siempre presente a tus hijos conejeros y por eso te decimos: Viva Madre de Dolores", proclama el vicario general de la Diócesis de Canarias, Hipólito Cabrera en el mismo momento en que el trono de la Virgen se situaba a las puertas de su santuario para recibir a los romeros.

Pero no fue hasta las siete de la tarde cuando se divisó en el horizonte a los primeros grupos de romeros. Como ya viene siendo tradición fueron los miembros de la Asociación de Amigos del Caballo de Lanzarote los que rindieron el primer tributo a la patrona, seguidos por la parranda marinera de Los Buches. "La batea de gofio" fue el primero de los temas que interpretaron mientras los voluntarios de Cáritas descargaban las ofrendas. Después de cinco años, Los Buches recuperaban el barco que les sirve de carreta tras la decisión de la Concejalía de Cultura de Arrecife de colaborar en su restauración. "Llevaba cinco años varados sin venir a Los Dolores", aseguraba uno de los miembros de este grupo emblemático.

Recitando a viva voz las coplas del salinero se acercaba también uno de los folcloristas más conocidos de la isla, Antonio Corujo. "Al que me quisiera bien, aunque otros bien no me hagan", cantaba a la patrona que al menos pan no le faltó ayer. Un grupo de romeros le dejaba un enorme pan de ocho kilos elaborado por la panificadora La Cuesta de Arrecife.

De Arrecife venían cargados de viandas los miembros de la familia Acosta Arrocha que residen en el barrio de San Francisco Javier. Un carro con cestos de batatas, tomates y cebolllas cosechados en la Vega de San Bartolomé. Su burra Fauta tuvo que hacer ayer un esfuerzo extra para cargar con todos los productos en el que no faltó una hermosa calabaza de 47 kilos.

Una de las representaciones más numerosa era la de Tías con carretas de muchos de sus pagos como La Tiñosa en Puerto del Carmen, Mácher y Masdache. Precisamente de La Tiñosa había salido desde primera hora Casto Martínez que dirigía una carrera repleta de chinijos. "Por lo menos se libraron de la caminata de más de cinco horas", aseguraba.

Aunque para madrugones los que tuvieron que pegarse Manuel García y Saúl Espino, dos jóvenes que años tras año se dirigen a pie desde el pueblo de La Hoya en Yaiza hasta Tinajo. "Es muy emocionante hacer el camino con toda la familia", aseguraba Manuel.

Los vecinos de Yaiza y Tías que parten caminando desde sus respectivos municipios desde primera hora de la mañana, en las peregrinaciones organizadas por sus ayuntamientos, suelen coincidir para almozar en una explanada situada en la carretera de Tinguatón, en los límites del parque nacional de Timanfaya. Una gran paella les espera cada año a todos aquellos que se unen en esta caminata.

Los vecinos de El Calvario en Tinajo lo tienen mucho más cerca para participar en la romería. En esta ocasión la protagonista de su carreta era Merchi Tejera que cosía un mantel para el Día de Los Dolores. Eso sí, la máquina de coser era toda una reliquia con una antigüedad de 105 años. "Pertenecía a mi abuela Mariquita", indicaba mientras seguía con la matraquilla de una máquina por la que aparentemente no habían pasado los años.

Los que tampoco faltaron a la cita fueron los miembros de la Orden del Cachorro de Lanzarote. En esta edición el motivo de la carroza giró en torno a la molienda, por lo que optó por reproducir una molina tradicional (un molino cuya torre no forma parte del cuerpo general del edificio". "Hemos elegido a la molina que está situada como decoración en la rotonda de entrada de Playa Blanca en Yaiza", señala el presidente, Fernando Petit, mientras sonaba a sus espaldas la música de la Asociación Cultural y Folclórica Echentive de La Palma, una de las agrupaciones invitadas al Festival Folclórico Nanino Díaz Cutillas junto al grupo de música popular Acatife de Lanzarote y el grupo Chácaras y Tambores de La Gomera.

Quien no paró de bailar durante toda la romería fue Juan Jesús Rodríguez ataviado con el tradicional vestido de los marineros de La Graciosa. Juan Jesús lo hacía detrás de la carroza de Teguise que llevaba una escultura de una cabra mientras se le ordeñaba.

La ofrenda de Los Dolores no entiende de nacionalidades. La familia Espinosa Luna, que llegaron de Ecuador a Lanzarote hace 16 años no han dejado de venir caminando desde Arrecife hasta Mancha Blanca. "En nuestro país también hay una devoción muy grande por esta Virgen aunque se le honra en Semana Santa", aseguraban. "Mi abuela por tradición siempre pone una estampa de la Virgen de Los Dolores cuando llega el Viernes Santo", añadíam.

Domingo Betancort e Inmaculada Corujo habían venido caminando con sus nietos Kevin y Melody Nolasco. Dos chinijos que tienen una vinculación muy especial con la Virgen de los Volcanes dado que fue en esta ermita donde se bautizaron.

Los hubo que se pasaron media romería invitando a gofio. Adrián Pérez que había salido caminando desde el pueblo de Tegoyo con unos amigos ofrecía con generosidad la peña de gofio que había amasado antes de partir de peregrinación. "Me ha quedado un poco seca pero es la única que hago cada año", se justificaba. Los de la carreta de Teseguite y el Mojón ofrecían, por su parte, en cambio carne de cochino y tollos. Ahora por lo que más estaban contentos estos vecinos era por la música que corría a cargo del grupo de las Dunas de Maspalomas, que se habían desplazado expresamente desde Gran Canaria a Lanzarote para participar en este encuentro.

Uno de los peregrinos más fotografiados fue Tino, el pequeño perro de Lidia Morales que estaba ataviado como un verdadero típico. No le faltaba ni la tradicional talega para las viandas.

Un enorme río de lava de peregrinos se acercó durante toda la jornada a Los Dolores. De hecho, los ayuntamientos de Teguise, Yaiza, San Bartolomé, Arrecife y Tías organizaron caminatas durante la mañana desde sus respectivos municipios hasta Mancha Blanca. Ya por la noche otra marea de fieles seguía caminando hacia esta pequeña localidad, aunque en esa ocasión para participar en el baile del romero, que tenía lugar tras la romería. La música, el baile, la comida y la diversión no tuvieron descanso ayer en Lanzarote.