La organización ecologista ha felicitado al Seprona de la Guardia Civil por denunciar a una veintena de personas por organizar un asadero de pardelas en Alegranza. Los ecologistas exigen "ante el reiterado expolio de la fauna protegida del Parque", que se intensifique la vigilancia y que se cree de forma urgente un órgano de gestión propio que garantice la coordinación efectiva de las administraciones implicadas para evitar nuevos atentados contra la fauna de uno de los lugares de mayor biodiversidad de Canarias.

WWF denuncia que el Archipiélago Chinijo se ha convertido "en un espacio natural protegido de papel, ya que no cuenta con la necesaria vigilancia" y piden que se dote al espacio con una partida presupuestaria para personal y materiales necesarios para evitar atentados contra la naturaleza. Las diversas denuncias interpuestas este verano por la Guardia Civil en el islote de Alegranza, una de las zonas más frágiles del Parque Natural, ponen de manifiesto, según la asociación ecologista, el descontrol sobre el acceso de personas y sobre las actividades que realizan. En concreto, destaca la supuesta caza y consumo de una especie protegida como es la pardela cenicienta. WWF exige una reacción urgente de las diferentes administraciones públicas con competencias en el espacio protegido para volver a colocar al Archipiélago Chinijo en el primer lugar dentro de las prioridades de conservación de los Espacios Naturales Protegidos de Canarias convirtiéndolo en un modelo a seguir de gestión integral y participativa del mismo y para ello demanda una mayor participación pública en la revisión de las normas de conservación del Parque Natural, que asegure el mayor respeto en su cumplimento por parte de los diferentes actores sociales, y el desbloqueo institucional en la constitución del Órgano de Gestión Integral.

La organización pide la presencia permanente de agentes de la autoridad y los medios materiales indispensables para asegurar la conservación futura de las zonas más importantes del Parque y recuerda que casi treinta años después de su reconocimiento , la conservación de este espacio continúa estando en riesgo.