Viajar a Lanzarote y aparecer en Eslovaquia. Esto es lo que le sucedió este miércoles a José Antonio, un gallego que ronda la sesentena y tenía previsto volar a Lanzarote desde Barajas. Así pensaba que lo estaba haciendo cuando embarcó a las 6 de la mañana, le asignaron su asiento y se quedó dormido.

Al despertar, abrió la ventana y se quedó "flipado", como él mismo explica. "Lo primero que me pregunto es dónde está el mar. Pero bueno, podía ser que el avión aterrizara de otra forma. Y cuando veo aquel verde tan grande... Se bajó toda la gente y digo, oye, chicos, que yo voy para Lanzarote", cuenta que les dijo a la tripulación. Para su sorpresa, aquello no era Guacimeta, sino Bratislava.

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