Begoña Hernández, que trabajade enfermera en el Centro de Salud de Titerroy desde hace casi dos décadas, está convencida de que la Oferta de Empleo Público (OPE) convocada previsiblemente para el mes de noviembre por el Servicio Canario de Salud afectará a la calidad del servicio que se presta a los pacientes dado que es posible que gran parte de la actual plantilla, formada en un 90% de interinos, tenga que abandonar su puesto de trabajo.
"Se castiga la experiencia cuando en nuestro trabajo es fundamental", resaltaba ayer Begoña junto al 'campamento blanco' que se instaló junto al hospital José Molina Orosa para exigir al Gobierno de Canarias a que desvincule la lista de contratación oficial generada tras la OPE de la nota de examen de las oposiciones.
El portavoz de Lanzarote de la Plataforma 'Por una OPE más justa', Jone Caraballo, que trabaja en el área de Urgencias del hospital Molina Orosa desde hace ocho años, deja claro que "no nos oponemos a las oposiciones sino que pretendemos que la bolsa de empleo sea independiente para valorar los años de experiencia y los méritos".
Miriam Álamo, que ejerce en el consultorio local de Tinajo desde hace diez años, recalca que la experiencia es fundamental. "En nuestro caso el trato al paciente es más familiar y personal aunque parece que al Gobierno le da igual la calidad del servicio", indica.
En la propuesta del Gobierno para la OPE se valora con un 60% la nota del examen, con un 20% la formación y con otro 20% la experiencia profesional, pero con un límite de 13 años. "Yo llevo 18 años en el hospital de Lanzarote pero el Gobierno solo me computa 13, ¿y el resto no me sirve para nada?, se lamenta Jorge Portela, que es uno de los enfermeros que presta servicio en la única ambulancia medicalizada de la isla. "Es un servicio muy especializado en el que la experiencia es vital", afirma Portela.
