José Antonio Mateo Rivera, el pasajero de la compañía Ryanair que debía coger el vuelo 2017 entre Madrid y Lanzarote a las 6.45 horas del pasado miércoles y acabó en un avión de la misma aerolínea que lo trasladó a Bratislava, aseguró ayer desde su vivienda de Guatiza (Teguise), que sigue sin saber el motivo de la confusión que lo llevó hasta el aeropuerto eslovaco.
Ahora ve lo ocurrido como una "simpática anécdota" pero no oculta su indignación porque sigue sin enterarse "de nada" y no se explica "por qué no funcionaron los controles del personal de tierra" de Ryanair en el madrileño aeropuerto de Barajas.
"Ryanair tenía prisa y el personal ni me miró la tarjeta de embarque ni el DNI. Me cambiaron tres veces de fila en la zona de embarque hasta que acabé en el vuelo equivocado", aseguró José Antonio, gallego de 56 años.
Pese a lo sucedido, José Antonio no tuvo ningún problema a la hora de encontrar acomodación en el aparato en el que llegó a Eslovaquia. "Tenía el asiento 4F para viajar a Lanzarote y en ese mismo me senté y nadie se dio cuenta del error. Ni la tripulación ni ningún pasajero reclamó ese asiento. Casualmente estaba libre. Si hubiese coincidido alguien conmigo, se hubiera montado un lío y se hubiera advertido el error", aseguró José Antonio. En los dos asientos contiguos estaba una pareja de españoles" explicó.
José Antonio se encontraba "bastante cansado" porque el día anterior se había trasladado en coche desde Galicia hasta Madrid en un viaje de "más de cinco horas" y no había dormido. Por eso se pasó "todo el trayecto durmiendo entre Madrid y Bratislava". Al aterrizar algo le pareció raro. "¿Verde en Lanzarote?", se preguntó extrañado cuando el avión ya estaba en tierra. "Si parecía una pradera aquello".
Hacía dos años que no visitaba Lanzarote y pensó que "tal vez el avión había aterrizado en sentido contrario [desde tierra hacia mar] y que podrían haber ampliado la pista de Guacimeta porque no veía el mar por ningún lado". Sin embargo, estaba en Bratislava. Le dijo a la tripulación cuando desembarcó el pasaje que él iba para Lanzarote. "No se creían lo sucedido y hasta querían culparme a mi del error", manifestó molesto este viernes al recordar también que "ni siquiera me dieron un vaso de agua". En ese mismo avión voló a Madrid de vuelta al mediodía.
José Antonio, quien residió durante 13 años en Lanzarote, regresó a la Isla la noche del miércoles en el vuelo 2015 de las 21.40 horas de Ryanair después de que lo recolocaran. Hacía dos años que no pisaba suelo conejero pero el viaje se le alargó esa jornada más de lo previsto. Había concertado una cita en su vivienda de Guatiza para alquilar su inmueble y claro está que no llegó a tiempo.
Solo quiere "denunciar a Ryanair y que todo se esclarezca". No se imaginaba que "después de diez días haciendo meditación y tan tranquilo que estaba, me fuera a pasar todo esto", relató. Este periódico intentó ayer sin éxito recabar la versión de Ryanair sobre lo ocurrido.
