El documental que usted ha dirigido junto a Teresa Soler, Corrupción: el organismo nocivo
En paralelo que somos documentalistas, somos ciudadanos y llevábamos demasiado tiempo viendo que los medios de comunicación justamente ponen el foco de la corrupción en los grandes casos como, por ejemplo, en los 'Urdangarines', los 'Bárcenas' y en las grandes macrocifras. Sinceramente, pensamos que esto genera una barrera y una desafección del ciudadano de la corrupción. En las encuestas del CIS el ciudano opina que la corrupción es el segundo problema que más le preocupa después del paro, desgraciadamente. ¿Cómo puede ocurrir entonces ese desafecto? Viendo los macrocasos en la televisión el ciudano no sabe cómo hacerles frente. Por eso, queremos darle voz a las personas que tienen valor y valores para denunciar la corrupción desde dentro porque son ellos los que tienen las claves y la detectan día a día.
Denunciar ha tenido consecuencias laborales, personales y familiares para las personas que han decidido dar ese paso. Es el caso, entre otros que se recogen en el documental, de la exinterventora del ayuntamiento catalán de Santa Coloma de Gramanet Maite Carol (caso Pretoria
Justamente, no. Debemos huir de la palabra héroe, puesto que si calificas a una persona como un héroe por denunciar algo, piensas que como ella es un héroe y tú no lo eres, pues no tienes nada que hacer. Al contrario, son personas normales y en el documental hacemos mucho hincapié en mostrarlas así. Han podido salir a flote gracias al apoyo de su familia y compañeros. Si los calificamos como héroes estamos generando un efecto rechazo. El documental pone el foco también en hacernos ver que somos corresponsables. Las personas que han tenido el valor de denunciar la corrupción, lo que necesitan es que la sociedad los apoye y que los políticos de una vez por todas ejecuten una ley de protección a los denunciantes. El Código Penal debe proteger a estos antihéroes porque hacen simple y llanamente el trabajo por el que han sido contratados.
¿En qué sentido sería esa protección?
La normativa del Cógido Penal es muy pobre y obsoleta en relación a la protección de los denunciantes. Por eso, necesitamos una ley con una defensa jurídica gratuita, que proteja su intimidad, que tenga una estabilidad laboral, porque no puede ser que una persona que denuncie la corrpción sea despedida de su trabajo. En paralelo debería existir una atención psicológica y médica. En 2003 España firmó la Convención de las Naciones Unidas contra la Corrupción, que en su artículo 33 recomienda desarrollar una protección de testigos de corrupción mediante una norma de carácter nacional y el Estado español viene incumpliendo ese artículo de forma repetida.
Pueden existir funcionarios que quieran denunciar y no lo hagan por temor a las consecuencias de su decisión.
Las personas que deciden denunciar desde dentro del sistema, y en esto todos los testimonios que recoge el documental se ponen de acuerdo, tienen una soledad enorme. Quien denuncia está solo y el corrupto está acompañado. Por eso, los denunciantes necesitan visibilidad. Son nuestros verdaderos referentes éticos y morales.
¿Conocen los ciudadanos los mecanismos para controlar a los poderes públicos?
El conocimiento democrático del ciudadano medio es bajísimo porque el poder desde que existe esta paupérrima democracia se ha encargado de no darle información correcta y no facilitarle una cultura democrática. Por ejemplo, el ciudadano de a pie no sabe el papel tan importante que tienen los interventores en los ayuntamientos. Vela porque los impuestos de los ciudadanos se gasten correctamente y en base a la legalidad.
La Fundación César Manrique patrocina este documental, que también tiene el apoyo de 451 micromicenas.
El magistrado Fernando Jiménez nos puso en contacto con la fundación cuando estábamos en el proceso de búsqueda de micromecenazgo. Les explicamos nuestro proceso, les mostramos un tráiler de una de las secuencias madre del documental y a través de la web pudieron ver cúal era la línea del argumento que queríamos trasladar. Estamos muy orgullosos del apoyo de la FCM y de las 451 personas que han aportado dinero y se han sumado a esta herramienta pedagógica que tanto se puede ver en cines como en docufórums, asociaciones, universidades, etc.
¿Por qué no hay ningún testimonio desde Canarias, azotada también por la corrupción?
No se ha dado el caso. Pero una cosa que nos trasladaron quienes han visto el documental es que da igual el funcionario o el secretario que habla porque, lamentablemente, esos casos se replican en todo el Estado español.
¿Tienen previsto proyectarlo en otros lugares de Canarias?
Llegamos a Lanzarote gracias a la FCM porque los contactos que hemos querido propiciar en otros cines han sido negativos porque no les venía bien proyectar cosas de carácter político, a pesar de que apuesta por la pedagogía y la colaboración ciudadana. Se nos han cerrado muchas puertas, pero esperamos abrir otras nuevas.
