La Provincia - Diario de Las Palmas

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Una vida circense Historias entre bambalinas

Una ciudad de Babel en Arrecife

En el Circo Alegría se hablan más de quince idiomas y la Navidad se celebra en familia y entre amigos - El 31 de diciembre partirán el año juntos bajo la carpa

Los niños con sus regalos el pasado viernes.

El centenar de integrantes del Circo Alegría, entre artistas y técnicos, celebró en familia y entre amigos la Nochebuena y el día de Navidad en Arrecife antes de que a las cinco de la tarde del pasado viernes se levantara el telón de la función inaugural del espectáculo On Ice, que estará en el recinto ferial de la capital hasta el diez de enero.

En la pequeña ciudad de Babel que es la compañía del Circo Alegría se hablan más de quince idiomas, aunque el castellano y el inglés son las lenguas en las que se comunican sus vecinos, y están representadas una veintena de nacionalidades. Españoles, cubanos, italianos, polacos, búlgaros, rumanos, franceses, ingleses, argentinos y marroquíes son algunos de los ciudadanos del mundo que tienen su hogar detrás del escenario. No hay edificios, ni patios, ni jardines. La vida, de vocación y mucho esfuerzo, se desarrolla en las treinta caravanas que componen la flota y que junto a 25 tráilers van de ciudad en ciudad. Con su trabajo y pertenencias a cuestas, hacen lo que pocas personas en el mundo exterior pueden hacer, cada cual en su papel sobre la pista de hielo ecológico o entre bambalinas.

En la encimera de la cocina de la familia Di Lello, propietaria circense, aún se podía ver el viernes el panetone, el tradicional dulce navideño italiano que no faltó en la cena de Nochebuena junto a la lasaña y las gambas, entre otros alimentos que compartieron Dicky Faggioni y Angelo Di Lello y sus hijos Denise, de 19 años, acróbata y cantante del espectáculo, y Devi, de 13, que interviene caracterizado como el cazador de focas en la isla del océano Ártico en el que se desarrolla la historia. Los chicos forman parte de la quinta generación circense de su familia. "Hoy [por el viernes], como todo el mundo, comeremos las sobras de Nochebuena", dijo Dicky frente a la elegante mesa de su comedor.

La noche del 24 de diciembre cada uno cenó con los suyos y será el día 31 cuando toda la plantilla del Circo Alegría se reunirá bajo la carpa en una gran fiesta para compartir banquete y partir el año juntos, aseguró Dicky, directora artística del Circo Alegría y presentadora del número de magia. Su marido, que "ha hecho del todo en el circo", se dedica a la administración.

Dicky es holandesa y Angelo nació en Sudáfrica, pero de pequeños se fueron a vivir a Italia. Ella procede de una familia de acróbatas y él de payasos. Aunque su origen es italiano, el Circo Alegría lleva cincuenta años afincado en España. "Nos sentimos como en casa aquí", afirma Faggioni en un castellano perfecto, sentada junto al árbol navideño de su roulotte con los regalos que Papá Noel ha dejado para los niños del circo. En la Navidad italiana no existen los Reyes Magos de Oriente.

Devi no echa "nada de menos" en estas fechas. "Esta es nuestra casa y vivimos nuestras navidades como siempre, en familia. Hemos nacido en el circo, que es como salirse de lo establecido", comentó Denise, que dedica parte de sus vacaciones escolares a estudiar. Cursa segundo de Bachillerato y su hermano segundo curso de la ESO. Reciben clase junto al resto de once alumnos del circo en la caravana donde tienen instalado el colegio. El Ministerio de Educación les proporciona dos profesores que les imparten enseñanza. Denise piensa cursar una carrera universitaria relacionada con la administración de empresas, a distancia. "Estar fuera del circo me agobiaría bastante, ver las mismas calles, la misma gente... Estoy acostumbrada a moverme y a viajar. Aunque es una vida dura, cuando ves la satisfacción del público después de las actuaciones esa es la auténtica recompensa y te sientes feliz", señaló la joven.

Los "artistas en la sombra", como Dicky llama a los montadores y demás elenco técnico tienen un comedor común. Allí, cada día la cocinera polaca Casimira Gzub recibe a 27 comensales. "Les gusta la sopa de judías, también en la Nochebuena", dijo Casimira. Completó el menú con carne al horno, pescado y un bizcocho de crema.

El argentino Maxi Díaz es malabarista y pertenece a la sexta generación familiar circense por parte de su padre. "La vida en el circo no me cuesta porque ya estoy acostumbrado", precisó. Después de platos a base de pescado y marisco junto a sus amigos marroquíes en Nochebuena, el viernes se fue a entrenar a la playa de El Reducto.

Otro latino es el cubano Alain Almeida, acróbata. Lleva ocho años en España. Estas navidades para él son diferentes pero a la vez le resultan "familiares" por la calidez del clima, como en su Cuba natal, donde se graduó en la Escuela Nacional del Circo. Su pareja, la valenciana Cristel Garrido, también es acróbata y tiene sangre circense. Es sobrina del desaparecido Ángel Cristo, quien precisamente realizó su última actuación en el circo de la familia de Dicky.

La polaca Mirka Siybowska es una de las costureras del circo, en el que lleva 16 años. Por sus manos pasa todo el vestuario de los artistas y también se encarga de confeccionar las cortinas que decoran la antesala de la carpa. Para hacer las prendas de On Ice se han empleado más de 2.000 metros de tela. A Mirka su trabajo le apasiona. Reconoce que se pone "nerviosa" cuando no tiene la aguja en la mano, no está delante de la máquina de coser o alrededor de alguna pieza para ponerla a punto.

Otro que está encantado con su profesión es el taquillero Miguel Segura. A este catalán de Badalona el Circo Alegría le dio una oportunidad laboral hace dos años y tres meses después de haberse quedado en paro como fotógrafo. Fue cliente del circo en una de las funciones que ofrecieron en la Monumental de Barcelona.

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