Fernando Fontes es artista de las latas y el reciclaje. A este trabajador de mantenimiento de la estación eléctrica del aeropuerto de Lanzarote desde hace casi 36 años le da igual el contenido que hayan tenido previamente esos envases, refrescos, garbanzos precocinados o aceite. Coge los recipientes vacíos de establecimientos de hostelería y les da una nueva vida como piezas para hacer un coche de carreras de Fórmula 1, un escarabajo de Volkswagen, una pala mecánica, una apisonadora, una retroexcavadora, un camión cisterna o una zódiac, entre otras ocurrencias que salen de su imaginación.
Esta Navidad, el árbol que AENA ha colocado en la terminal de llegadas de vuelos nacionales e internacionales (T1) tiene el sello de Fernando. Él se ha encargado de decorarlo con siete tipos de adornos diferentes que ha elaborado con un total de 220 latas de bebidas. Flores, espirales y farolillos son algunos de los elementos que cuelgan de las ramas del abeto que Fernando ha denominado árbol sostenible por el empleo de materiales reciclados. Es la primera vez que expone al público sus creaciones navideñas, puesto que las que ha ido realizando en años anteriores formaban parte de las oficinas de AENA en Guacimeta.
En el aula de la naturaleza del museo aeronáutico de Lanzarote se pueden ver los vehículos en miniatura que ha ido creando. Su afición comenzó de chinijo con la reproducción a pequeña escala de más de 80 aperos de labranza de la Isla, como arados y rastrillos, entre otros utensilios. Utilizaba "cualquier cosa que tuviera para reciclar". No fue hasta hace una década cuando cogió latas de distintos tamaño para dar forma a coches y camiones. Tiene pendiente de fabricar un camión hormigonera. Pero tal como afirmó, "todo es calma y tabaco", con relación a la paciencia que lleva esta manualidad.
Hace cinco años, a raíz de hacer el Fórmula 1 con botes de la bebida Red Bull, le empezó a "dar vueltas a la cabeza" y surgieron los adornos navideños.
Fernando reconoció que el trabajo es "laborioso, aunque es bueno contra el estrés". La práctica que va adquiriendo le permite hacer cada objeto cada vez en menos tiempo porque le va "cogiendo el truquillo". Así, si al principio tardaba unos 20 minutos en modelar con un cuchillo y unas tijeras de cortar tela cada adorno del árbol de Navidad, ahora tarda la mitad o incluso menos, como las flores. Hay unidades que hace en tres minutos. Advirtió que debe tener mucho cuidado para no cortarse con las latas, por lo que considera que para evitar cortes no es una actividad apta para que puedan realizarla los niños.
