Los niños Joaquina Díaz y Pedro García, de 7 y 8 años, respectivamente, siguieron ayer el rastro de Melchor, Gaspar y Baltasar desde que sus Majestades de Oriente pisaron tierra firme al mediodía en el puerto deportivo Marina Lanzarote, en Arrecife, donde fueron recibidos por una multitud.

"Les dije que, aunque tengan mucho trabajo, no se olviden de mi bicicleta ni del robot de mi hermano", afirmó Joaquina risueña. Pedro les preparó "leche con gofio para que cojan fuerzas". Volvieron a encontrarse de nuevo con los Reyes Magos en la cabalgata que tuvo lugar por la tarde en la avenida marítima, a la altura del Gran Hotel. Sus manos, como las de sus amigos Enrique Toledo y Marcial Hernández, no daban avío para coger los caramelos que les tiraban con fuerza los monarcas de la ilusión desde lo alto de los camellos.

Arrecife repartió 4.500 kilos de caramelos para endulzar las sonrisas y hacer más llevadera la espera de la noche más mágica del calendario a los miles de ciudadanos que se concentraron en la avenida para ver pasar el cortejo.

Siete carrozas municipales, una de Hiperdino y otra con malabaristas y acróbatas del Circo Alegría y una quincena de camellos, formaron parte de la comitiva real, que recorrió el tramo comprendido entre el Real Club Náutico y el recinto ferial. Al final del trayecto, un espectáculo de pirotecnia iluminó de color el cielo de Arrecife desde uno de los extremos de la playa de El Reducto. En esta ocasión la cabalgata no pudo salir desde el ayuntamiento porque las obras de remodelación de un tramo del frente marítimo lo impidieron.

Un pequeño escenario situado en la trasera del graderío del recinto ferial se convirtió en el improvisado trono de los reyes. Allí se fotografiaron con los niños y recogieron las cartas de los más perezosos.

Mientras, tanto, el Rancho de Pascua de Tinajo amenizó la recepción a los Magos de Oriente. En Arrecife no hubo solo caramelos en la víspera del Día de Reyes. El consistorio repartió unas 1.500 truchas al término del desfile.

La localidad turística de Costa Teguise volvió a quedarse este año sin cabalgata, ya que el Ayuntamiento de Teguise hizo una sola para todo el municipio, que centralizó en el casco histórico de La Villa, a donde llegaron los Reyes Magos con varios kilómetros a sus espaldas después de acudir a los centros socioculturales y dar el salto a La Graciosa, territorio que depende administrativamente de Teguise. En la octava isla los vecinos esperaron impacientes a los tres de Oriente en la explanada del muelle para darles la bienvenida y acompañarlos en su corta estancia en Caleta de Sebo antes de regresar en barco a Órzola para ir a Teguise. De milagro no se cruzaron en el mar con sus homólogos del municipio de Haría, que este año desembarcaron por Órzola.

En el sur de Lanzarote, los reyes aparecieron por el pueblo de Yaiza, donde hubo algo de lluvia, sobre Cubanito, Conde Lequio y Fermín' que descansaron por un día de sus paseos a turistas en el Parque Nacional de Timanfaya. Luego partieron hacia Playa Blanca arropados en la ruta mágica por locales y turistas. Del municipio sureño, en concreto de Uga, salieron también tres de los camellos (Andrés, Careto y Machote) de Chalo Viñoly que llevaron a sus Majestades este martes en la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria.

En Tías Melchor, Gaspar y Baltasar cumplieron primero en el desfile del casco municipal y acto seguido hicieron una parada en el centro deportivo para recibir a los más pequeños y a sus familias. Después continuaron su viaje hacia Puerto del Carmen.

En San Bartolomé y Tinajo también hubo ilusión a raudales y la alegría desbordó a los cientos de personas que salieron a la calle para arropar a las comitivas reales.

Los talleres lúdicos organizados por los ayuntamientos hicieron más llevaderas las esperas y sirvieron para entretener al público infantil, que no veía la hora de que los Reyes Magos hicieran acto de presencia. La ovación fue generalizada en toda la Isla.