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De Lanzarote al Caribe en velero

El Gran Prix del Atlántico, la única regata española que cruza el océano, saldrá por quinta vez desde la Isla

En la foto superior, Jorge Mitjavila (i) y Sergio Soriano, ayer, en uno de los pantalanes de Marina Rubicón. En el centro, Enrique Curt y su hijo junto a Monserrat Bés. Sobre estas líneas, Rubén Cuartas y María Rimada.

El armador y navegante catalán Enrique Curt cruzará el Atlántico mañana por decimotercera vez en su vida oceánica. El fundador de la regata Gran Prix del Atlántico, la única prueba española en su modalidad, reconoció ayer que le cuesta quedarse en tierra y no volver a surcar los mares de nuevo. Y mucho menos este año que la competición cumple dos décadas. "Cada año digo que es la última, pero al final siempre me apunto. Si me encuentro en buenas condiciones, la hago", indicó Curt.

La salida será en el puerto deportivo Marina Rubicón, en Playa Blanca (Yaiza), donde se encuentra la flota de diez barcos que hará la travesía hasta Puerto del Rey, en Puerto Rico, la misma meta que tuvo la competición en su primera edición. Las tripulaciones tendrán por delante alrededor de 3.500 millas que esperan cubrir en unos 25 días de navegación sin realizar ninguna parada durante el recorrido.

Curt cree que "en España hace falta afición marinera para hacer este tipo de travesías transoceánicas, por eso, hemos creído importante que esta prueba se fuera consolidando año tras año".

Una borrasca con vientos de, al menos, 50 nudos, prevista para los próximos días obligará a los participantes a hacer una variación en su itinerario cerca del archipiélago de Cabo Verde.

Será la quinta vez que el Gran Prix del Atlántico, ruta que tiene una periodicidad bianual, parta de Lanzarote. "Con anterioridad salíamos de Cádiz o Málaga y era más difícil salir desde la Península y cruzar el Atlántico, que la propia travesía en sí por los vientos más favorables que hay desde Canarias", explicó Curt desde su velero de 14 metros de eslora, The Best Skipper, el último ganador de esta aventura. A Curt lo acompañará una tripulación formada por cinco jóvenes veinteañeros, "muy bien formados y unos apasionados del mar. Si no fuera por ellos, me costaría más", admitió el curtido capitán.

La sorpresa del pez volador

El experto transatlántico indicó que "el mejor consejo es no romper, navegar rápido, no correr excesivos riesgos en medio del Atlántico y, sobre todo, disfrutar del mar". Como anécdota Curt recordó que "hace unos años en uno de los días que estábamos cocinando había algo que se movía dentro de la cazuela y no teníamos ni idea qué era hasta que nos dimos cuenta de que un pez volador, muy habitual en el Atlántico, se había colado dentro de la olla y nos quedamos muy sorprendidos".

Enrique Curt es hijo del promotor de la regata y director de la misma. Apuntó que "en 2001, con llegada a La Habana, alcanzamos el récord de participación con 23 embarcaciones, aunque el hecho de que un año haya más o menos participantes, no quita que el Gran Prix del Atlántico sea la prueba reina española de estas características". Además de Puerto Rico, en anteriores ocasiones la llegada se estableció en Cuba, Martinica y Colombia. En la próxima convocatoria "esperamos llegar a Costa Rica", avanzó Curt.

Formación de la cantera

Curt destacó que "esta competición es la cantera de los futuros navegantes profesionales. Tenemos ejemplos de gente que ha hecho la Volvo Ocean Race y la Barcelona World Race, entre otras pruebas. La mayoría de tripulantes del Telefónica han estado aquí".

Jorge Mitjavila colgó su toga de abogado hace cinco años y desde entonces se ha embarcado por completo en su constelación particular, Andrómeda, su velero de 14,92 metros de eslora. La vuelta al mundo en su yate, que completó en año y medio, entre el 14 de noviembre de 2013 y el 31 de mayo de 2015, le valió el reciente trofeo anual MKIII, del patrocinador Rafael Morán, de Santa Pola (Alicante), en reconocimiento a sus valores y espíritu náuticos.

"Tras comprar tres kilos de patatas en el OneBar de Marina Rubicón, salimos rumbo a Santa Lucía, en El Caribe, y desde ahí arrancó la vuelta al mundo World ARC 2014. En mayo de 2015 llegamos a Alicante tras recorrer casi 40.000 millas", rememoró Mitjavila. Panamá, Galápagos, Marquesas, Tahití, Fiyi, Australia, Bali, Reunión, Madagascar, Sudáfrica, Santa Elena, Brasil, Azores, Ceuta, Melilla y Alicante formaron parte de su ruta.

Le apasiona "vivir en contacto con el mar" aunque precisó que "el mayor enemigo en este ámbito es uno mismo por el pánico, el esfuerzo, el cansancio. En el mar dependes de ti. Es inmenso y hemos tenido golpes de mar tan fuertes que una noche un tripulante se levantó preguntando si habíamos chocado contra un contenedor, cuando en realidad fue una ola la que nos cogió".

Mitjavila comenzó a navegar en vela ligera cuando tenía nueve años en el pantano García Sola, en Badajoz, y desde entonces ha estado ligado al mundo náutico. El Gran Prix del Atlántico ya lo hizo en 2012, cuando arribó a Martinica. "En realidad el Gran Prix tuvo la culpa de que yo diera la vuelta al mundo", aseveró sonriente. En su opinión, "este cruce oceánico debería tener más patrocinadores y crecer el número de participantes. Hay que fomentar este tipo de navegación en España".

Uno de los momentos "más impresionantes" para Mitjavila es el fenómeno óptico rayo verde, que se produce con la puesta de sol en alta mar. Es muy efímero, ya que tarda de una milésima a dos segundos. "El sol no es rojo en ese momento, sino verde azulado por el reflejo que tiene al entrar y salir del agua. Es de los momentos más especiales que hay, al igual que ver puestas de sol o amaneceres en Australia y Sudáfrica, mercantes o el canal de Panamá", comentó el armador.

El Atlántico lo ha cruzado en siete ocasiones. Quien se estrena en esa travesía es Sergio Soriano, uno de los cinco tripulantes del vitoreado Andrómeda.

"Hace dos años que navego y tenía ilusión de cruzar el Atlántico. Jorge me da dado la oportunidad de hacerlo", señaló Soriano.

Se ha preparado en Barcelona y ahora "quiere aprender mucho más de la gente que sabe de este tipo de experiencias". Su mujer también navega, pero ha preferido quedarse en casa para ver cómo le va a su marido esta travesía y decidir si se anima a realizarla en el futuro.

Rubén Cuartas es el capitán del Saliar, de veinte metros de eslora, y un experimentado navegante con más de veinte años de navegación profesional. Es la primera vez que participa en el Gran Prix, pero la décima que atravesará el Atlántico, varias de ellas con salida desde Lanzarote. "Ahora será más divertido porque vamos en una flota y la competición siempre es un aliciente", detalló. Su pareja, María Rimada, cocinera profesional, es una de las dos únicas mujeres del Gran Prix.

Todas las embarcaciones del Gran Prix del Atlántico son españolas. Además de The Best Skipper, Andrómeda y Saliar, pondrán rumbo a Puerto Rico Longimanus, Carat, Macaco, Gran Jotiti, Njörd, Here&Now y el lanzaroteño Lola.

El pistoletazo de salida será a las doce del mediodía de este sábado. Anoche, en el OneBar de Marina Rubicón, tuvo lugar la fiesta de los 100 atlánticos. Durante la jornada de hoy se ultimarán los detalles técnicos y el aprovisionamiento de comida y bebida.

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