El senador de Podemos por Lanzarote, José Ramón Galindo, ha optado por vaciar su armario de cadáveres y dar a conocer un tercer episodio conflictivo desconocido hasta la fecha. Galindo confiesa en un comunicado que tuvo una trifulca con dos guardias civiles en 2010, de la que salió herido y tuvo que asistir como acusado a un juicio del que fue absuleto. Reconoce, además, que lo dice para evitar que sean otros los que saquen a orear este tercer cadáver.

Añade que actúa ante la expectación causada por su pasado y el escándalo provocado por los dos sucesos anteriores filtrados para ponerle en entredicho: una detención por presunto tráfico de drogas y una discusión subida de tono con un policía local por la que fue condenado a pagar 60 euros de multa.

Su relato de lo ocurrido y sus explicaciones evidencian el deseo de zanjar toda sospecha sobre su vida y los borrones de su pasado.

"Ante las noticias publicadas en las últimas semanas en distintos medios de comunicación sobre diferentes episodios de mi pasado, y con el deseo de zanjar definitivamente esta cuestión, quiero trasladar a la opinión pública todos aquellos sucesos que, aunque en un primer momento pensé que quedarían en el olvido y que no tendrían más relevancia, entiendo que, por el interés mediático suscitado por mi elección como senador por Lanzarote. Conviene que sea yo quien los relate, para evitar malentendidos y manipulaciones interesadas", resalta.

Repasa los episodios anteriores, destacando que ya los "han publicado diferentes medios". "En el año 2008 fui detenido por presunto tráfico de drogas, si bien el juez entendió que no había motivos para celebrar el juicio y archivó directamente la causa, por lo que quedó demostrado que las acusaciones no eran ciertas", expone. Detalla que "posteriormente, en el año 2012, fui condenado a pagar una multa de 60 euros por una discusión con un policía local, que vestía en ese momento de paisano".

Tras el repaso, llega la confesión: "Existe un suceso, ocurrido en el año 2010, que deseo dar a conocer para poner fin a los rumores y versiones malintencionadas. En ese año, en la localidad de Corralejo (Fuerteventura), me encontraba con un grupo de amigos de unas 20 personas caminando por la calle al regreso de un concierto, cuando una de ellas rompió el cristal de una cabina telefónica. Muy cerca se encontraba otro grupo de personas, una de las cuales, sin previo aviso ni mediar palabra alguna, me agredió, dándome un puñetazo en la cara y produciéndome un derrame interno en el ojo. Al ser agredido, se formó entre ambos grupos una trifulca, que duró unos quince segundos, tal como aseguraron en el juicio los dos policías locales que presenciaron los hechos y que testificaron en el juicio. En el momento en que los policías locales procedieron a la identificación de las personas involucradas en la trifulca fue cuando tuvimos conocimiento de que dos de ellos eran guardias civiles, ya que iban vestidos de paisano. En el juicio que tuvo lugar en el año 2011, que se centró en las actuaciones de la persona que iba en nuestro grupo y que causó los daños a la cabina telefónica, fui absuelto de las acusaciones presentadas, una falta de daños y lesiones y un delito de atentado a la autoridad".

Como colofón al relato, el senador manifiesta que confía en que a partir de ahora la atención se centre en su labor en el Senado, al tiempo que reafirma su compromiso con Lanzarote. "No tengo ningún problema en reconocer los errores que he podido cometer, como el de no haber comunicado a mis compañeros estos episodios desde el primer momento, pero eso no resta mi compromiso con la isla de Lanzarote y con el bienestar de sus ciudadanos y ciudadanas, para quienes trabajaré estos cuatro años con tesón y humildad", resalta.