El Servicio Canario de Salud reanudará en Lanzarote a partir de la próxima semana la consulta de diagnóstico del Trastorno del Espectro Autista (TEA) después de casi dos años que dejó de ofrecer este servicio en la Isla. El despacho para atender a los pacientes procedentes de toda Lanzarote estará ubicado en el centro de salud de Tías y las asistencias se realizarán de lunes a viernes en horario de 8.00 a 15.30 horas.
La pediatra Cristina León Quintana, quien ya estuvo al frente de la consulta en el Hospital General de Lanzarote Doctor José Molina Orosa, continuará al frente de la misma después de que se viera interrumpida en abril de 2014 debido a su baja por maternidad y un periodo de excedencia al que se acogió. A lo anterior se sumó las dificultades de Sanidad para encontrar un facultativo con la preparación específica que requiere esa atención infantil.
La doctora León comenzó a trabajar en el hospital en 2007, aunque no fue hasta hace cinco años, en 2011, cuando se materializaron de forma más específica las atenciones de diagnóstico del Trastorno del Espectro Autista. La pediatra atendía en la Isla una media de 28 casos mensuales de niños con posibilidad de tener autismo. "La idea de reubicar la consulta y situarla en un centro de Atención Primaria es para agilizar la atención", afirmó ayer la pediatra. Añadió que "los padres y los centros educativos estaban muy contentos con este servicio, pionero en Canarias en cuanto a ofrecer en exclusividad la atención a esos tipos de trastornos", destacó la facultativo.
Los trastornos del espectro autista son un grupo de discapacidades del desarrollo que pueden causar problemas significativos de socialización, comunicación y conducta y se pueden manifestar desde forma leve hasta severa.
En la actualidad no existe un tratamiento específico o curativo para el autismo. De ahí, insistió León, la importancia de una intervención precoz para dar respuesta lo más pronto posible a las necesidades permanentes o transitorias de los niños con trastornos del desarrollo o con riesgo de padecerlos. La atención temprana, precisó, "mejorará los resultados con los niños y es positivo para los padres".
Especialidad
Durante el rotatorio de su especialidad del MIR (Médico Interno Residente), León se formó en el hospital universitario de Badajoz con el reconocido psiquiatra experto en psiquiatría infantil, José Ramón Gutiérrez. El Ministerio de Sanidad aún no ha acreditado la especialidad de Psiquiatría Infantil, por lo que son los psiquiatras los que hacen ese ejercicio en la actualidad. En Lanzarote se necesitaba un pediatra que "empezara a abrir el campo de la psiquiatría infantil y me lo propusieron a mí al tener esa formación específica", afirmó León.
Aunque en la Isla existe una Unidad de Psiquiatría Infanto-Juvenil (formada por un psiquiatra, una trabajadora social y dos psicólogas infantiles), sin embargo, "atender también los trastornos del desarrollo les supone un volumen muy grande de trabajo", indicó León, por lo que se creó la consulta TEA.
La doctora está acreditada para efectuar la entrevista diagnóstico observacional para autismo a los niños (ADOS), que dura entre 35 y 40 minutos, y la entrevista semiestructurada a los padres para el autismo (ADIS), que se extiende por espacio de dos horas y media. "El psiquiatra no puede dedicarle todo ese tiempo a cada paciente", aseveró León. Ambas evaluaciones se podrán hacer de nuevo ahora.
En el ámbito educativo, precisó León, de forma periódica se trasladan a los colegios miembros de los grupos de Trastorno Generalizado del Desarrollo (TGD). Existe uno para cada provincia del Archipiélago. Es en los colegios donde habitualmente se hacen los diagnósticos tras el informe que elabora el orientador y la valoración de los citados equipos. El hecho de que Sanidad se encargue también de los diagnósticos "agiliza esa labor y permite abordarla de forma multidisciplinar", dijo la doctora.
La prevalencia del autismo en la sociedad ha crecido, según León. "Si en 2013 era de un 0,6% por cada 100 niños, estudios posteriores hablan de un caso entre cada 150 y 200 niños". Los expertos estudian las causas de esa subida, aunque pueden influir nuevas formas de medición y mayor sensibilidad de los profesionales.
