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El movimiento hecho escultura

Paco Curbelo, escultor y profesor de la Escuela de Arte Pancho Lasso, se jubila de la docencia tras 32 años en el centro

Paco Curbelo, el pasado jueves, en el taller de escultura de la Escuela de Arte Pancho Lasso, en Arrecife. JAVIER FUENTES

La madera, el mármol, el hierro y el basalto cobran vida entre las manos del artista y docente Paco Curbelo (Lanzarote, 1956). El próximo viernes, 19 de febrero, se jubilará de la enseñanza en la Escuela de Arte Pancho Lasso, donde lleva 32 años, pero ni mucho menos dejará la escultura. Todo lo contrario. "A partir de ese momento tendré las veinticuatro horas del día para dedicarme a crear, que es mi vocación", asegura desde su taller en el centro educativo.

Revela que la jubilación le ha llegado sin darse cuenta. "Un día fui por la administración de la escuela a sacar un papel y me dijeron que en año y medio ya me podía jubilar porque tenía 30 años cotizados y cumpliría los sesenta en esa fecha", recordó. No se lo pensó dos veces. Imparte la asignatura de Volumen a los alumnos del bachillerato artístico.

Curbelo lleva en Pancho Lasso desde 1984, pero su labor docente la inició dos años antes en Gran Canaria después de licenciarse en Pintura en la Facultad de Bellas Artes de Barcelona (1980) y en Escultura en la Universidad de La Laguna (1981). En sus comienzos en Pancho Lasso, rememora, "éramos como una familia. Habían ciento y pico alumnos y ahora son más de 400. Alumnos y profesores éramos amigos, íbamos de excursión juntos, hacíamos actividades, nos desplazábamos a Fuerteventura a pintar paisajes o a ver la piedra de Tindaya y junto a Santiago Alemán y Pepe Dorta promocionábamos la escuela en ambas islas. Fue una época muy bonita".

En 2013 la escuela Pancho Lasso cumplió un siglo de vida. Pese a su trayectoria, Curbelo considera que "ha estado un poco olvidada y no ha tenido el reconocimiento que se merece por la importancia que ha tenido en Lanzarote. Todo lo relacionado con el arte ha partido de aquí. Ha salido gente muy buena en ilustración, fotografía, escultura, antiguos alumnos que están haciendo obra pública y eso no se reconoce a nivel institucional, sobre todo".

Curbelo tiene unas 25 creaciones de gran formato repartidas entre Alemania, Barcelona, Lanzarote y Fuerteventura. Pese a su monumentalidad su obra es sencilla y habla de sentimientos. El Monumento a las comunidades en la rotonda de Playa Honda, el Homenaje al viticultor en La Florida, Levando redes en la glorieta de Puerto Naos, Homenaje a la vela a la entrada de la marina de Puerto Naos, Mirando al mar en El Cotillo y el Monumento a la unidad de Puerto del Rosario, estas dos últimas en Fuerteventura, son algunas de las grandes referencias que se pueden ver en los espacios públicos.

El resultado de los materiales nobles con los que trabaja es reflejo del exquisito respeto que tiene por los mismos, "con orígenes de formas ascendentes, en búsqueda de la onda y del mar". No ha dejado de esculpir desde la década de los setenta y sus esculturas son "un homenaje al movimiento, al viento y al espacio".

La escuela y sus clases han sido "un laboratorio", reconoce. "Ahí es donde estudio materiales con los alumnos, hago pruebas, investigo. Eso ha sido fundamental a la hora de crear no solo para mi sino también para los alumnos, que me ven trabajar". La naturaleza y, sobre todo, el mar, presente en su obra en las últimas dos décadas, son una constante fuente de inspiración para Curbelo. De hecho, la vela es otra de sus grandes pasiones.

Ha hecho varios trofeos de regatas para Puerto Calero. "El mar me da tranquilidad", asegura. También destaca "el respeto" que tiene a la propia materia a la hora de trabajar. "Dejo que la piedra respire y a la vez me inspira, puesto que igual tengo proyectada una cosa y me sale otra. Me va diciendo qué camino seguir, según la veta. Voy a la cantera y no cojo piedra cuadrada sino piezas que están tiradas y en eso ya me inspiro". De hecho, señala, "dibujo muy poco a la hora de hacer una obra. Lo veo tan claro que me dan ganas de sacar lo antes posible lo que quiero hacer y voy muy rápido".

Con lo figurativo comunica la bondad del cuerpo humano a la hora de expresarse, mientras que con lo abstracto invita a recrearse en la materia y el concepto.

A lo largo de su dilatada trayectoria ha hecho únicamente dos exposiciones individuales. "Mi esculturas están en la calle con figuras de cinco metros", justifica. Ahora prepara su tercera muestra con obra pequeña que llegue a más gente.

Otro de sus proyectos es viajar en barco con antiguos alumnos desde Lanzarote a Carrara (Italia), de donde procede el mármol de sus creaciones, "para trabajar allí durante dos o tres meses y viajar por el Mediterráneo".

El hall de la escuela Pancho Lasso expone cerca de una veintena de esculturas de Curbelo, que se podrán ver hasta el viernes que viene en horario de 8.00 a 21.00 horas. La muestra lleva por título Travesía. La pieza que ilustra el cartel de la exposición, cuya fotografía corresponde a Pepe Vera, profesor de la escuela, es La gota, la primera escultura hecha en mármol (1983) por Curbelo.

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