Los gracioseros tienen su propio hombre del tiempo. Un día sí y otro también Victoriano Hernández mira al cielo para predecir qué "sorpresa" aguarda cada jornada a los habitantes y visitantes de la octava isla con solo mirar las nubes y el viento. Por supuesto, no se olvida de la mar, como no podía ser de otra manera en un marinero que está en el océano desde los 14 años, cuando se inició en las artes de la pesca para ayudar en la economía familiar. De eso hace ya tres décadas y media.
Su romance con la meteorología como colaborador de la Aemet le llevará dentro de poco a cumplir sus bodas de plata en un campo en el que siempre está con los ojos abiertos. Se encarga de supervisar el funcionamiento de las dos estaciones meteorológicas que hay en Caleta de Sebo, una instalada en la azotea de la vivienda de casa de sus padres desde hace más de dos décadas y la otra, más reciente, la del helipuerto, que data del año 2009.
El movimiento de las nubes y el mar tiene su particular lenguaje, con el que Victoriano se entiende con apenas detenerse. "Cuando el mar está en ciertos momentos de norte decimos que viene brisa, los alisios y eso no falla", afirmó Victoriano. Sustituyó a su hermano Pedro, policía local de Teguise, en las labores de seguimiento de las dos estaciones de La Graciosa. "Cuando la Aemet instaló aquí no conseguía a nadie que se hiciera cargo de las instalaciones y fue cuando mi hermano aceptó y decidió poner los aparatos en casa de nuestros padres y ahí quedaron", recordó el graciosero.
Moderna tecnología
Al principio, la instrumentación era manual y luego se sustituyó por otra automática. Hay sensores de temperatura, humedad relativa, viento y precipitaciones. El equipamiento del helipuerto, situado a las afueras de Caleta de Sebo, es ultrasónico y además de los medidores citados, se completa con aparatos para medir la visibilidad, el tiempo presente, es decir, permite conocer si hay lluvia, granizo o cualquier otro elemento en el momento, la duración del día, la radiación y la temperatura junto al suelo, explicó ayer Ángel Torres, jefe de unidad de sistemas básicos de Aemet en la provincia de Las Palmas.
Victoriano se encarga de supervisar que los sensores funcionen correctamente y de actualizar los programas cuando hay incidencias que impiden trasladar los datos al sistema de la Aemet.
"La gente dice que no llueve, pero es porque no se acuerda", afirmó Victoriano. "El 18 de febrero de 2010 cayeron 70 y pico litros en un día y hubo muchos destrozos. Al año caen aquí entre 125 y 130 litros, entre octubre y abril", dijo el graciosero. El 28 de noviembre de 2005 es otra de las fechas que no olvida Victoriano. "La tormenta tropical Delta casi se lleva la isla por delante la isla de La Graciosa".
Cuando sus vecinos le preguntan qué tiempo va a hacer, él bromea y les dice: "Yo solo te digo lo que hay hoy, mañana no lo sé".
El pasado año la Aemet reconoció la labor de Victoriano como colaborador de la agencia con motivo de la celebración del Día Meteorológico Mundial (23 de marzo).
