La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Un mar de emociones a través del arte

El lanzaroteño Pedro David Betancort, con 85% de discapacidad física, halla en la pintura su mejor forma de expresión

Un mar de emociones a través del arte

Amante de la vida, optimista sin límite y guerrero. Así se define el lanzaroteño Pedro David Betancort Ramos, que tiene un 85% de discapacidad física y ha encontrado en la pintura su forma de sentirse libre y rebelarse hacia el mundo. Este joven de 30 años no se siente atado a nada, ni siquiera a su cuerpo ni mucho menos a su silla de ruedas.

A los 15 años le detectaron un tumor cerebral cuyas secuelas le dejaron un 15% de movilidad. Lo operaron en Tenerife, recibió tratamiento en Madrid y acudió a sesiones de rehabilitación cerebral en el País Vasco y Cuba, donde experimentó algunas mejoras. A Pedro David no le gusta recordar ese inesperado percance en su salud como una desgracia, porque si no estaría tapando la eterna sonrisa que siempre muestra en su cara, afirma por boca de sus allegados.

A los 28 años, después de recibir tratamiento en Madrid y rehabilitación cerebral en el País Vasco y Cuba, donde experimentó algunas mejoras, la vida le sorprendió de nuvo. A Pedro David le faltaban solo dos exámenes para terminar la carretera de Turismo, relató su madre, Luisa Ramos, "cuando sufrió un ictus que le afectó a la parte oral, que la tenía perfectamente preservada. Aunque piensa bien lo que va a decir, tiene luego dificultad para expresarlo oralmente. Te va dando pistas con las palabras que te va diciendo, pero hay que ir muy despacio con él".

A pesar de todo, Pedro David es un mar de positivismo. A través de su blog (pedrodavidlanzarote.wordpress.com) afirma que "desgracia es si no lo pudiera contar, pero yo te lo estoy contando con esta segunda oportunidad que la vida decidió darme".

Luisa es aficionada a la pintura y pensó que "teníamos que buscar una manera de que Pedro se pudiera expresar". Entonces, decidieron "empezar a pintar jugando. Así estuvimos como un año", recordó Luisa. La familia de Pedro David propuso en 2013 al artista Nicolás Laiz la posibilidad de que el chico se expresara a través de la pintura "sin saber cómo iba a funcionar ni cómo podría ser el proceso".

El resultado de su obra "es algo que estéticamente está muy bien y cuando lo ves te transmite", señaló Luisa. Destacó que, "a pesar de tantas dificultades siempre hay una vía para ser feliz y eso es lo que queremos transmitir con Pedro David, además de que se le dé cabida a nivel social a las personas con discapacidad".

Nicolás y Pedro David han establecido su propio vínculo de comunicación hasta el punto de que consigue los colores y los matices que le pide el muchacho. Pinta en una pared o sobre una mesa y acude al taller de Nicolás dos veces en semana, dos horas cada día. El fin de semana lo hace con su madre.

El profesor y su alumno tienen un método de trabajo que han ido desarrollando a través de la experiencia clase tras clase. "Viendo el código de los colores y la capacidad que tiene para mover su mano derecha [la única con movilidad], va generando imágenes muy diferentes con un lenguaje muy personal. Es muy constante y responsable. Me sorprende la capacidad que tiene de seguir haciendo una cosa en el tiempo. Cuando trabajo con él quiero que sea responsable al 100% de lo que hace y que sea libre para crear, lo que buscan todos los artistas", comentó Nicolás. Hace pintura acrílica sobre tela, pero también utiliza lápices, acuarelas, rotuladores. Su arte es abstracto.

Trazos desde el alma

Con los colores y los trazos expresa un mundo de emociones y sensaciones que brotan como una fuente casi inagotable de su interior, de su alma. La sala de arte Charco San Ginés expone 35 pinturas de Pedro David fruto de sus tres últimos años de trabajo. La muestra, en la que Pedro David ya ha vendido más de la mitad de sus obras, lleva por título Pulsaciones. Como dice Nicolás, "Pedro David crea sus pinturas usando los ritmos vitales de su cuerpo, pulsaciones, a las cuales añade una segunda dimensión, la del color".

Salvador González es su terapeuta y asistente personal. "De lo que se trata es que sea lo más independiente posible", indicó. "Intenta buscar las cosas que le llenan y le hacen feliz y lucha por ello. Es un ejemplo a seguir", concluyó.

Compartir el artículo

stats