La Plaza de Las Palmas y las calles más cercanas a la iglesia de San Ginés, en Arrecife, se convirtieron ayer en escenario de júbilo con el paso de decenas de fieles agitando las ramas de olivos que acompañaron a la procesión de El Señor en la burrita, el primero de los recorridos de la Semana Santa, que simboliza la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén.

Este año muchas de las miradas se detuvieron en el conjunto escultórico, que acaba de ser rehabilitado en San Ginés por el restaurador italiano Giovanni Bruno, quien acudió este Domingo de Ramos a presenciar el resultado de sus casi tres meses de trabajo que finalizaron hace poco más de una semana. "Es bueno ver que las cosas se recuperan y vuelven a su estado original", afirmó Giovanni casi a la par que el trono entraba en el templo cuando apenas faltaban diez minutos para las doce del mediodía. De fondo, el repique de campanas apuraba sus últimos toques.

Los pies y las manos de El Señor así como una de las orejas de la burrita presentaban un importante estado de deterioro, debido a golpes fortuitos ,y tuvieron que ser reconstruidas con barras de fibra de vidrio, indicó el restaurador. Las esculturas, realizadas en escayola pintada a principios del siglo XX en un taller de la Península, también fueron sometidas a una limpieza superficial de la pintura y a la reintegración pictórica.

Giovanni agradeció "el interés y el cariño que ha puesto en esta restauración el párroco de San Ginés, Miguel Hernández, preocupado por la conservación del arte, así como la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Arrecife que ha financiado los trabajos".

Tras la bendición de los ramos de olivos por parte del párroco, el paso se encaminó hacia la calle Inspector Luis Martín, continuó por un pequeño tramo de la Calle Real, la Avenida Coll y regresó a San Ginés por Manuel Miranda.

Encabezando el desfile estaba el acólito Alejandro Carmona. "La verdad que la cruz pesa un poco, pero como nos turnaremos para llevarla en las procesiones de esta Semana Santa no habrá problema. Con la cruz simbolizamos que Cristo debe guiar nuestras vidas", explicó el joven seguido de un grupo de niños que se preparan para recibir dentro de unas semanas su Primera Comunión.

Francisco Hernández es una de las personas más activas en la parroquia de San Ginés. "Me quedan por delante muchos días de ajetreo", avanzó. Se encarga de que los pasos estén a punto para salir a la calle. Este domingo se apresuraba en la Avenida Coll para adelantarse a la multitud que le precedía y preparar el regreso a la iglesia de El Señor en la burrita.

Amparo Ruiz, manifestó cuando se disponía a volver a su casa, que "me voy con fuerza y mucha paz interior después de haber participado en la misa y en la procesión este domingo".

Por su parte, Lucía Falcón, quien se declara "católica y practicante", considera que "la Semana Santa es un momento de reflexión y recogimiento, dar gracias por lo que tenemos y no supone solo un periodo de vacaciones".'