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El archivo de Agustín de la Hoz Las cartas de César

Y Manrique descubrió a Jesús Soto

En las cartas que César envió al periodista Agustín de la Hoz se resalta la labor del maestro artístico del Cabildo en la Cueva de los Verdes y sus planes para los Jameos del Agua

Jesús Soto en las Montañas del Fuego en Timanfaya. LIBRO JESÚS SOTO LA LUZ DE LA PIEDRA

"Me he quedado muy contento con la labor hecha en Lanzarote y sobre todo por el hallazgo del personaje Soto. Realmente la Cueva de los Verdes en una auténtica maravilla, ya que antes realmente no se veía casa nada, aunque se preveía que era grandiosa pero no al extremo de lo que realmente ha aparecido". En diciembre de 1963 el artista lanzaroteño César Manrique (1919-1992) escribía al escritor y periodista de DIARIO DE LAS PALMAS, Agustín de la Hoz (1926-1988) una carta desde su residencia en Madrid en la que destacaba el trabajo realizado por Jesús Soto (1928-2003) en la Cueva de los Verdes para que se convirtiera, en febrero de 1964, en el primer centro turístico de Lanzarote.

Jesús Soto que fue contratado por el entonces presidente del Cabildo, José Ramírez Cerdá, para la iluminación de la Cueva de los Verdes se convirtió a partir de ese momento en uno de los personajes claves del desarrollo económico de Lanzarote. En 1965 fue contratado como maestro artístico del Cabildo convirtiéndose en un estrecho colaborador de César Manrique con un papel fundamental en la creación de otros centros turísticos como las Montañas del Fuego, Los Jameos del Agua el Mirador del Río y las Montañas del Fuego en Timanfaya.

Una labor que se recordó ayer durante la ofrenda floral que los trabajadores de los Centros de Arte, Cultura y Turismo del Cabildo de Lanzarote realizan cada 4 de mayo coincidiendo con su fallecimiento. "Una faceta desarrollada sin ningún afán de protagonismo por parte de este humilde artista, a pesar de que lo tuvo, y enorme, lo que le valió ser nombrado con mucho acierto Hijo Adoptivo de esta isla", recalcó ayer el presidente del Cabildo Pedro San Ginés durante el homenaje. No obstante, "quedaba alguna asignatura pendiente con él", matizó el presidente para anunciar "la inauguración este año de una sala en la Casa de los Volcanes de los Jameos del Agua dedicada exprofesa a la vida y obra de Soto, en reconocimiento a su contribución en la creación de la red de los Centros Turísticos".

Entre los documentos personales que la familia de Agustín de la Hoz entregó al Ayuntamiento de Arrecife para su custodia, estudio y análisis en el Archivo Municipal figura un total de once cartas que César Manrique escribió a su amigo el periodista y escritor entre enero de 1962 y enero de 1964, un período vital para el desarrollo turístico de la isla.

Unas misivas en las que Manrique intentar transmitir al periodista cuáles son sus ideas para lograr que Lanzarote sea una única en el mundo, aunque también muestra algunas de sus preocupaciones tras la detención del artista por un supuesto escándalo público durante su estancia en Agaete a finales de 1962 y el dolor que le supuso el fallecimiento de su compañera Pepi Gómez en Madrid a mediados de 1963.

En noviembre de 1962 después de su vuelta a Madrid, Manrique transmitía su indignación por su detención. "De Canarias he salido con un sabor bastante amargo al darme cuenta de la mentalidad medieval y llena de basura de ciertos señores que son unos fracasados en todos los actos de su vida, y no pueden perdonar simplemente la felicidad y la alegría de los que tienen un espíritu sano, por no añadir todo lo demás, que es en efecto, lo que ya no perdonan, por tener un nombre internacional", contaba.

En enero de 1963, Manrique seguía dolido con los 23 días que tuvo que pasar en un "inmundo" calabozo en Agaete "sin haber tenido para nada en cuenta la dignidad humana". Así maniobraba con sus contactos en Madrid para intentar recompener su honorabilidad pública. "Sigo ocupándome del vergonzoso asunto de que fui víctima en el Puerto de las Nieves en Agaete", le escribía a Agustín de la Hoz aludiendo a un artículo publicado en el diario progresita Pueblo titulado "Los Caciques" sobre su detención, a la vez que intenta que le reciban los ministros de Gobernación y de Turismo.

El año de 1963 fue bastante duro desde el punto de vista personal para el artista quien también siente que en Canarias se le está censurando en Canarias su proyección artística y sus continuas exposiciones en Sao Paulo en Brasil, México o Suiza. "No te creas que me importa en absoluto que no se publique nada, ya que lo único que me da pena es el optimismo de esa pobre gente creyendo que a lo mejor me pueden hacer PUPA" escribía en julio de 1963.

Aunque fue sin duda la muerte de Pepi Gómez lo que le partió el corazón. En una carta enviada en septiembre 1963, César mostraba su lado más humano. "No he podido dormir y apenas comer, después del injusto y terrible impacto, de ver morir en mis brazos al ser que más he querido en mi vida. Yo nunca pude imaginarme el significado de la muerte en su verdadera dimensión pero ahora que me doy cuenta de una manera más real y más cruda, te puedo decir que la existencia de la vida, es de una gran crueldad", aseguraba.

Un mes después volvía a escribir para contarle que necesitaba volver a Lanzarote después incluso de tener que recibir un tratamiento médico para recuperarse del impacto físico y mental que supuso el fallecimiento de su compañera. "Necesito volver a Lanzarote, para curarme, y creo que después de esto podré de nuevo comenzar mi nueva vida, organizándome todo.Esto es fundamental. En Lanzarote están deseando que vaya para que dirija lo del Jameo y la Cueva de los Verdes, y ya veré que es lo que han hecho, aunque me he enterado de algunas coas que no estoy conforme, ya que le dije a Pepíon que la Naturaleza no hay que tocarla", escribía.

Y es que a pesar del sufrimiento el artista lanzaroteño seguía proyectando en su mente las ideas que tenía para la isla de Lanzarote. En su regreso a Lanzarote la visita a la Cueva de los Verdes le había devuelto su ilusión por la pintura . "La Cueva de los Verdes es la gran lección de todo el arte contemporáneo. Es increíble pero es así. Todos los artistas actuales deberían visitarla, ya que allí se encuentran resueltos todos los problemas que ha planteado nuestra época", sostenía.

La última de las cartas que se conserva entre Manrique y Agustín de la Hoz es de enero de 1964 y en la que César le avanzaba su proyecto para Los Jameos del Agua dado que el periodista vivía en esos momentos en Gran Canaria. "El Jameo del Agua te puedo adelantar como noticia, que será algo único en el mundo, su belleza será insuperable y la entrada será por otro lado. Ya te hablaré mucho de todo esto cuando regrese que será muy pronto. Ahora quiero quedarme hasta carnaval para ver la parranda costera de Arrecife con sus trajes de campo y con buches. Esto es una maravilla", afirmaba.

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