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Víctor Fernández Gopar Un nombre para el Teatro Insular

El misterio de las coplas del 'Salinero'

La obra de Víctor Fernández Gopar se ha conservado gracias a las versiones realizadas por los familiares y diversos amantes de su poesía en un intento de mantenerla viva en el tiempo

La libreta de la familia de Víctor Fernández recopilada en 1962, debajo el cuaderno escrito a mano en el que su portada pone 1912 y a la derecha, el borrador del libro de Agustín de la Hoz de 1977. D.R.

Los textos originales con las coplas de Víctor Fernández Gopar el Salinero (1844-1920) son todo un misterio. Hasta el momento nadie ha podido encontrar referencias escritas de su puño y letra. El escritor y periodista Agustín de la Hoz que publicó el libro Coplas de Víctor Fernández en 1977, los músicos Antonio y Domingo Corujo que editaron un disco sobre el Salinero y muchos de los familiares directos del poeta de Las Breñas han estado intentando sin éxito encontrar lo que pudo haber sido el único documento escrito por el autor que dará nombre al Teatro Insular de Lanzarote.

Dos de los textos más antiguos que se conservan sobre las coplas del Salinero se encuentran en el Archivo Municipal de Arrecife que custodia el legado personal de Agustín de la Hoz. La decisión de la familia de Agustín de la Hoz de ceder al Ayuntamiento de Arrecife todos sus trabajos ha permitido contar con la documentación que utilizó el historiador para realizar el que por ahora es el único libro sobre el Salinero.

Decenas de anotaciones en hojas sueltas, su primer borrador a máquina del libro, una pequeña entrevista realizada al nieto de el Salinero, David Fernández, con datos de su abuelo y dos pequeñas libretas de las pocas versiones que existen de las coplas de Víctor Fernández dan una idea del extenso trabajo de recopilación que realizó para dar forma al libro.

Según escribe el propio De la Hoz en su libro, Víctor Fernández poco antes de su muerte entregó a un amigo suyo que residía en Güime (San Bartolomé) una libreta de rayas con sus coplas lo que posiblemente sería el único documento original. En el archivo del periodista se encuentra un cuestionario escrito a máquina y firmado por David Fernández, nieto de el Salinero (ya fallecido) en el que cuenta algunos detalles de la vida y obra de su abuelo. "Las seguidillas fueron escritas por él y antes de morir se las entregó a un amigo apellidado Bermúdez, residente en Güime", aseguraba David Fernández.

Víctor Fernández, biznieto de el Salinero señala que en su casa cuentan con coplas copiadas por David Fernández. "No tenemos constancia de ningún original" señalaba ayer.

No obstante, la primera referencia escrita sobre la obra del Salinero aparece en el periódico lanzaroteño Antena el 27 de marzo de 1962 en un reportaje de Vicente Borges con el título Un poeta de Lanzarote (Víctor Fernández Gopar), pastor, salinero y crítico.

Borges señala que la pista sobre "don Víctor, salinero de profesión y poeta de vocación, se la aportó Enrique Sáenz Infante (hermano del que fuera presidente del Cabildo Carlos Sáenz Infante, entre los años 1926-1930) que a su vez "obtuvo informes fidedignos del letrado de Arrecife, Eugenio Rijo Rocha" (fallecido en 1964).

Dado que este artículo lo publicó Vicente Borges desde Tenerife es posible que las coplas recogidas en el mismo fueran enviadas por Enrique Sáenz. En la noticia ya se avanza que el Salinero aprendió a leer gracias "a un caritativo señor apellidado Estévez" del pueblo de Femés que "se prestó gustoso a enseñarle a leer y escribir con fundamento".

Dos de las versiones más antiguas de las coplas del salinero (cerca de 400 cuartetos) están en el Archivo Municipal. Un cuaderno escolar de una raya que en su portada pone "Víctor Fernández Gopar 1912" aunque es poco probable que sea de esa época ya que este tipo de libretas aparecieron muchos años después en España. En una anotación a mano de Agustín de la Hoz sobre las versiones de las coplas apunta : Libreta, localizada en Yaiza 1912; Cuaderno transcripción de José Bethencourt, Arrecife 1919 y Cuaderno: Familia Víctor Fernández, transcripción 1966 (este último también en poder del escritor que fue escrita a máquina en noviembre de 1962, meses después de salir publicado el artículo en Antena).

Sin embargo, De la Hoz en su libro no hace mención al cuaderno de 1912 sino que en el apartado de abreviaturas bibliográficas asegura que en su biblioteca tiene una libreta que es una copia de un manuscrito de 1915 realizada por su amigo José Quesada Hernández. En este caso o bien se perdió esta última libreta o el cuaderno al que se refiere Agustín de la Hoz en su libro es el que se encuentra actualmente en el archivo pero con fecha de 1912 en su portada.

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