La labor docente del maestro José Antonio Rodríguez González se extiende más allá del trabajo que ha desempeñado con sus alumnos en sus 32 años de profesión. Por sus aulas también han pasado compañeros y usuarios de las residencias escolares de Haría y el Instituto de Formación Profesional Marítimo Pesquero de Arrecife (Escuela de Pesca).
Natural de Haría, a los ocho años se trasladó con sus padres a vivir al cercano pueblo de Máguez. Su primer destino como profesor fue el centro educativo de Soo en el curso 1983-1984 y luego se sumaron los colegios Ignacio Aldecoa (La Graciosa) y Alfonso Spínola de Teguise, la residencia escolar de Haría, el colegio San Juan de Haría, en el que ejerció de secretario y director, la Inspección de Educación como profesor de apoyo y el Centro de Enseñanza Obligatoria de Argana (Arrecife).
Regresó a la residencia de Haría en comisión de servicio y en la actualidad está en la Escuela de Pesca dando apoyo a los estudiantes residentes en estas instalaciones para que "se esfuercen, estudien y no se alteren".
José Antonio, que espera jubilarse dentro de dos cursos, con 63 años, ha impartido numerosas sesiones de formación a sus compañeros en la gestión económica de los centros educativos.
El pasado 13 de abril la Consejería de Educación y Universidades del Gobierno de Canarias le concedió la medalla Viera y Clavijo en reconocimiento a su trabajo por el sistema educativo, en un acto que tuvo lugar en el Instituto Cabrera Pinto de La Laguna (Tenerife), en el que también se rindió homenaje a otros siete docentes y a un inspector canarios.
El homenajeado recibió con "gran sorpresa" el galardón. "Los premios no se esperan y ni soñando iba a imaginarme que la comisión creada a tal fin pensara en mi y me propusiera para este premio", afirmó ayer José Antonio. Añadió que "en todos los casos, sobre todo entre los profesionales de Infantil y Primaria, donde soy más conocido, aunque también en Secundaria, las felicitaciones que he recibido me han dicho que tengo la medalla bien merecida".
De su etapa en la Inspección (2004-2006) recuerda que "eran tiempos en los que en Educación estaban muchos procesos en marcha, como el de los expedientes académicos, que ahora se tramitan a través de una página web".
La colaboración con los centros educativos de la Isla también fue fructífera en materia de gestión económica. "Di muchos cursos, sobre todo a los secretarios. El tema económico genera mucha ansiedad a los docentes porque es el control del dinero de los centros", admitió el homenajeado.
"Una gran avance"
En opinión de José Antonio en los temas educativos "ha habido un gran avance en Lanzarote y se ha mejorado bastante en muchos aspectos, aunque todavía hay muchísimo por hacer". Indicó que la excesiva burocracia es una queja casi generalizada en los equipos directivos. "Es un mal endémico que tenemos y aunque exista la informática los ordenadores no funcionan solos. Eso genera un nivel de estrés en los profesores porque los centros no tienen todo el personal que les gustaría para llevar a cabo los trámites", aseveró el maestro.
Por otro lado, JoséAntonio manifestó que los tiempos actuales son "complejos" para la Educación porque "las altas instancias de la Administración no tienen claro cuáles son las ideas educativas. Cada partido político que entra a gobernar [en referencia al Gobierno Central] quiere elaborar su propia ley de educación y eso es un fracaso y un atraso".
Cree que "si no hay un gran pacto, la Educación no tiene solución". Se refirió a la polémica Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (Lomce) que, "si bien no ha sido implantada en su totalidad, ha nacido bastante huérfana y si cambia el signo político ya sabemos el destino que va a tener", aventuró José Antonio.
El maestro tendrá oportunidad esta tarde de compartir el agradecimiento por su distinción entre la comunidad educativa de la Isla en el acto que le ha preparado la Dirección Insular de Educación en el auditorio de Jameos del Agua. En anteriores ediciones la cita se desarrollaba en el salón de actos de la Escuela de Artes Pancho Lasso. Está previsto que al mismo asistan el director general de Ordenación, Promoción e Innovación Educativa del Gobierno de Canarias, Rafael Bailón; el director insular de Educación, Mario Pérez; la consejera de Educación del Cabildo de Lanzarote, Carmen Rosa Márquez; y el alcalde de Haría, Marciano Acuña.
El timple de Alexis Lemes, la guitarra de Adrián Niz y el contrabajo de Ivanoff Rodríguez, amenizarán el evento antes de dar paso a las intervenciones para reconocer la dedicación a la Educación de José Antonio.
La elección del municipio de Haría para enaltecer la trayectoria de José Antonio no solo guarda relación con la relevancia que supone Jameos del Agua para los harianos y el resto de lanzaroteños, sino también, consideró el docente, por la tradición que la educación tiene en la sociedad norteña.
"Haría fue, hace unos años, desde los setenta hasta acá, el municipio canario con más estudiantes universitarios por metro cuadrado", destacó José Antonio. La economía se basaba en la agricultura, "pero fue muy grande el esfuerzo que hicieron los padres para que sus hijos estudiaran. Y, de ese modo, en poco tiempo se formaron médicos, maestros y abogados, entre otros profesionales que salieron de Haría".
Una de las inversiones por las que Haría lleva varios años esperando es el nuevo Instituto de Educación Secundaria, situado en la localidad cabecera del municipio. El Ejecutivo regional tiene previsto comenzar las obras este mismo año, que requerirán un desembolso de casi siete millones de euros, aproximadamente la misma cantidad que hará falta para ejecutar el nuevo colegio de Playa Blanca, otra de las infraestructuras que arracarán este 2016 en Lanzarote. Para agilizar los trámites previos a la licitación pública de ambas instalaciones, Educación publicó el pasado mes de mayo los dos proyectos en el Diario Oficial de la Unión Europea.
"Confío en que esta vez la propuesta vaya en serio", dijo José Antonio, quien reside desde hace años en el pueblo de Mala. Realizó sus estudios hasta sexto curso de Reválida en el entonces denominado Instituto Libre Adoptado de Haría, el cual era "considerado como una extensión del Blas Cabrera Felipe de Arrecife, ya que todavía no se había construido el actual instituto de Haría".
