Chatarra o pieza de museo. La balandra María del Rosario que la semana pasada estaba a punto de ser destruida tiene ahora una segunda oportunidad para convertirse en una de las embarcaciones del futuro museo del mar de Lanzarote. El pleno del Cabildo conejero aprobaba el pasado viernes una moción encaminada a solicitar a la Autoridad Portuaria de Las Palmas que paralizase el desguace de esta antigua embarcación de cabotaje hasta tanto en cuanto se estudiase si es posible su restauración.
El servicio de Patrimonio Histórico del Cabildo será el encargado de elaborar un informe para determinar por un lado la antigüedad de esta balandra y por otro si es factible su restauración.
Lo cierto es que El Rosario tenía las horas contadas hasta que el concejal de Festejos de Arrecife, David Duarte puso en marcha una campaña "de salvación" de un barco que podría ser uno de los pocos que quedan en el Archipiélago canario utilizados para el cabotaje entre las islas hace más de un siglo.
"Me llamó la atención verlo en la explanada de Naos", asegura el edil que tras conocer que iba a ser destruido empezó a interesarse por su futuro. "Estamos en la obligación de rescatar este barco por la memoria marinera de las islas", sostiene. Otras de las claves para tratar de restaurar El Rosario ha sido el papel desempeñado por distintos colectivos de la isla que no han dudado en sumarse a este proyecto.
De hecho la moción aprobada en el Cabildo se basa en el escrito presentado por la Sociedad Torrelavega, la Sociedad Democracia, el Club Náutico de Arrecife, la Asociación Cultural Casa del Miedo, la Asociación Cultural El Balandro y el club de pesca Piedra Vieja. "Consideramos que una gestión destinada a salvar la desaparición de esta embarcación es un ejercicio de responsabilidad histórica que no podemos permitirnos dejar de ejercer", reza el escrito.
"Consideramos que la embarcación puede ser reparada a través de talleres de construcción naval, con lo cual cumpliría también con el propósito de aprendizaje de aquellos que se vean atraídos por esta enseñanza", añade el documento.
El último propietario de esta balandra fue el lanzaroteño Blas González que lo había adquirido para excursiones turísticas por el litoral de la isla. No obstante, la embarcación ha estado abandonada en los últimos años en el muelle pesquero presentando un estado de ruina casi total. Asimismo, la Autoridad Portuaria ha procedido a requisar el barco a su dueño por no abonar las tasas por el atraque para su posterior destrucción.
Antes de recalar en Lanzarote la embarcación perteneció a la empresa Veleros San Miguel, uno de cuyos socios fue Antonio Armas, que a su vez la adquirió para excursiones turísticas por el sur de Gran Canaria. Un dato que echa por tierra una de las primeras hipótesis de la historia de este barco, ya que se pensaba que podría ser el pailebote Rosario de Antonio Armas que naufragó a la entrada de Puerto Naos en 1937.
El exconcejal del PNL de Arrecife, Pedro de Armas, asegura que hace unos 15 años tuvo la oportunidad de adquirir esta balandra. "Deseché la idea porque ya estaba restaurando mi actual barco El Cabo Andrés así que al final se lo quedó Blas González", recalca. No obstante, de Armas cree un error su restauración porque "está podrido y en todo caso habría que hacer prácticamente uno nuevo", afirma.
Por su parte, David Duarte entiende que todavía es posible su restauración en base a la opinión del carpintero de ribera Agustín Jordán, que hizo en su día tareas de mantenimiento en este barco. En caso de que el barco pueda tener una segunda oportunidad también es necesario que su último propietario lo done al Cabildo dado que la Autoridad Portuaria solo tenía permiso para su desguace.
