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Fiestas del Carmen

La generación graciosera más Ye-Ye

Los nacidos en la década de los años sesenta en la octava isla pregonan las fiestas del Carmen

La generación graciosera más Ye-Ye LP / DLP

La generación Ye-Ye, aquellos niños y niñas que nacieron en la década de los años sesenta en La Graciosa, son los protagonistas del pregón en honor a la Virgen del Carmen en la octava isla. Los hijos de las mujeres que en su día subieron el Risco de Famara para vender pescado en Lanzarote y los jóvenes que vivieron la transición en una isla prácticamente olvidada. "Vivíamos desconectados del mundo, nos enterábamos de lo que ocurría a través de la radio y de la costera", recordaban en la plazoleta del muelle de Caleta de Sebo los encargados de leer el pregón: Victoriano Hernández Curbelo, María José Páez, María de los Ángeles Toledo y Evely Hernández.

Eran otros tiempos en la que los pescadores estaban durante largos periodos del año en la costa africana y en la que la mujer se encargaba no solo del cuidado de los hijos sino de la gestión económica y social de La Graciosa. Una isla de arena en la que los chinijos además de acudir a la precaria escuela pública tenían que echar una mano en las tareas domésticas. "Echar las cabras para el ganado, ir a buscar el agua a la aljibe, echarle de comer a los cochinos o fregar la losa", destaca Evely, una de las muchas gracioseras que acabó en Gran Canaria cuando su familia decidió emigrar en busca de un futuro mejor.

En la memoria siempre aparece la escasez de agua que obligaba a ir a la marea a lavar los platos. "Me acuerdo que una vez fui a lavar la loza a la caletilla y vino una marejada y me llevó todos los platos", recordaba Evely. Era tanta la sequía que en el año 1973 un grupo de gracioseros se presentaron ante la Delegación del Gobierno en Lanzarote para reclamar agua para su isla. "No nos dejaban bañar en la marea porque había poca agua para endulzarse y las madres se enfadaban si te bañabas sin permiso".

Por no haber no había ni juguetes. "Jugábamos con los callaos imaginándonos que eran muñecas y para la tiendita la seba eran los fideos, las piedras las papas, la arena el gofio y pagábamos con piedritas y cucharitas de lapa".

Y como no, las fiestas del Carmen, el momento más esperado para todos los gracioseros. "El día del Carmen nos hacía una ilusión muy grande, los padres volvían de la costa y las madres albeaban las casas". Y más especial para los que hacían la Primera Comunión . "Antes de la Comunión no te podías bañar en la marea, para no encachasarte". Una época en la que los jóvenes se emperifollaban con calzones de campana y la música sonaba en un tocadisco delante de la panadería con canciones como Eva María o Un rayo de sol. Y aunque la isla ya no tiene las carencias de antaño, la generación Ye-Ye lo tiene claro: "Si volviéramos atrás nos gustaría que todo fuera igual, no cambiaríamos ni los piojos".

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