Sentada en uno de los noráis del muelle pesquero de Naos, Dolores Betancort estaba a la espera ayer a que se le autorizase la subida al atunero que este año tenía el honor de pasear a la Virgen del Carmen por el litoral de Arrecife. "Mis dos hermanos siempre han estado trabajando en la mar, uno de maquinista y el otro en un barco de contenedores", señalaba Dolores que siempre que puede intenta embarcar con la patrona de los marineros durante las fiestas del Carmen en la capital lanzaroteña.

Sin apenas descansar, el patrón del atunero Cima de Oro, José Luis Guadalupe Toledo, preparaba la embarcación para el recorrido marítimo de la Virgen del Carmen. Y es que al igual que hace dos años este barco tuvo el privilegio de embarcar a la 'reina de los mares'. "Se da la circunstancia que este año me volvió a tocar a mí ya que generalmente lo hace el atunero que viene a descargar al muelle", señala José Luis.

Y es que los seis atuneros que siguen en activo en el puerto de Arrecife suelen trabajar de forma coordinada siguiendo a las distintas manchas de atunes en las aguas próximas a las islas. Así, el que viene a puerto a descargar durante los días previos a la procesión marítima del Carmen es el que se encarga de uno de los mayores privilegios que tiene un barco.

El 'Cima de Oro' descargaba en la mañana del pasado sábado cerca de 20 toneladas de atún, lo viene a ser casi la mitad de su capacidad. "Lo cierto es que ha sido una buena captura aunque la lástima es que los precios están más bajos por la competencia que existe ahora con el que se exporta de la Península", se lamentaba el patrón.

No obstante, José Luis Guadalupe mostraba su orgullo por volver a llevar a la Virgen. "El sábado después de descargar me fui con el atunero a la procesión de La Graciosa ya que mi familia procede de allí", afirma. "En La Graciosa llegaron a estar hasta 12 atuneros" recuerda con añoranza de los tiempos en el que la octava isla era una de las potencias pesqueras del Archipiélago.

La elección de los atuneros para la procesión es por su tamaño dado que es posible embarcar a mucha más gente que si se hace en otra de las embarcaciones atracadas en Naos. Una situación que suele generar un cierto nerviosismo entre los que quieren subirse al barco. "No se precipiten", trataba de calmar el párroco de Valterra, Juan Antonio Gallegos.

El paso de la procesión por el monumento a los siete marineros del pesquero Cruz del Mar que fueron asesinados en noviembre de 1978 en aguas del banco canario sahariano, fue de los momentos más emotivos. Un faro que alberga una pequeña Virgen del Carmen que sale a recibir a la patrona de Valterra antes de embarcarse. "Es un sentimiento extraño", señala uno de los supervivientes del Cruz del Mar, Miguel Ángel Rodríguez, por un lado emoción y alegría de ver a la Virgen y por otro de tristeza por los compañeros fallecidos", indica.

Una flota de embarcaciones, la mayoría de recreo, escoltó al 'Cima de Oro' por el litoral de la capital.