¿Cómo acogió el encargo del Ayuntamiento de Arrecife de hacer el pregón de las próximas fiestas de San Ginés?
Lo acogí como una responsabilidad porque tienes que trabajarlo mucho y dedicar mucho tiempo a lo que vas a decir. En cualquier caso, es un honor y me ha servido para reflexionar sobre mi relación con Arrecife, las fiestas de San Ginés y rememorar mis recuerdos.
¿Qué podría avanzar?
Pensé varias cosas, hacer un pregón original que no fuera lo habitual, pero luego me decanté por un pregón más al uso. Las bases de cualquier fiesta giran en torno a elementos como la memoria y la alegría y eso hice. Rememorar los recuerdos de mi infancia de los sangineles de cuando era niño, hace 40 años, y reflexionar un poco sobre la ciudad, la autoestima que debe tener una ciudad como Arrecife e invitar a las gentes a participar en estas fiestas, que son memoria, aunque hay que mirar al futuro.
¿Cómo vivía usted las fiestas?
Las vivía de una forma muy familiar y pueblerina con el componente positivo que eso tiene. Eran unas fiestas sencillas cargadas de tradición, celebradas con el encuentro, que creo es otro de los componentes que tienen que tener las fiestas, el encuentro con los amigos, los familiares, la gente de tu generación. El guiñol de Chopito y Chaporro se recibía como un regalo cada año y te sabías hasta las historias, ibas a la feria a tirar balines a unos palillos y comías pota asada... Eran unas fiestas muy sencillas, pero muy emotivas. Luego pasé por otras fases en las que la ciudad y la isla entera empezaron a crecer con el boom del turismo y con ese componente de modernidad y contemporaneidad que imprimieron gente como César Manrique, Ildefonso Aguilar y tantos otros, que de repente empezaban a traer cosas muy modernas a la Isla como pintores, artistas, no ligados con las fiestas de San Ginés, pero sí con un Arrecife que ganó un componente intelectual, artístico y novedoso importante.
¿Prefiere las fiestas de antes o de las de ahora?
Tampoco hay que anclarse en las nostalgias. Las fiestas de hoy tienen cosas muy positivas y las de antes tenían otras cosas que estaban acordes con el tiempo. Sí creo que, en general, las fiestas de Canarias adolecen de más participación del pueblo y se han ido abocando más al espectáculo, hay un componente pasivo de las personas y habría que abundar en eso, no solo en San Ginés, sino en general.
Ha hecho referencia a la autoestima que debe tener Arrecife. ¿Sigue siendo el 'patito feo' de Lanzarote?
Un poco sí. O eso nos lo han hecho creer a los que nos hemos criado allí. Arrecife no tiene el componente estético ni el componente turístico que asumieron, sobre todo, el resto de localidades costeras de la Isla. Sin embargo, creo que es una ciudad que tiene muchas cosas que ofrecer. No es una ciudad de paso, dormitorio ni una ciudad fea. Tiene un casco muy interesante, una playa urbana maravillosa y zonas como el Charco de San Ginés que son una auténtica delicia. Es una ciudad que no ha crecido mucho, pero es interesante y los arrecifeños deberíamos sentirnos más orgullosos de Arrecife, una ciudad amable, que se debe amar.
¿Cómo dibujaría el Arrecife del siglo XXI?
A nivel urbanístico no tengo criterio para valorar eso. Se debería potenciar el componente costero y marinero de Arrecife, que ha vivido de espaldas al mar. Se deberían potenciar los pocos elementos patrimoniales que todavía le quedan a Arrecife y, sobre todo, hacer que la gente sea más partícipe del desarrollo cultural, urbanístico y de la personalidad de la ciudad. Eso pasa, entre otras cosas, por una estabilidad política. Quizá el gran talón de Aquiles sea la inestabilidad, que le ha marcado para no desarrollarse de forma estable e inteligente.
¿El folclore ha evolcionado como lo han hecho las fiestas?
La participación de la gente se ha perdido. Recuerdo ver ventorrillos con parrandas en las fiestas de San Ginés y esto prácticamente ha desaparecido. A lo mejor habría que potenciar más un festival maravilloso como es el de Habaneras para que el componente marinero tenga un peso mayor y reinventar más elementos patrimoniales y contemporaneizarlos. Por ejemplo, en el siglo XVIII hubo una tradición marinera muy interesante, La danza de los renegados.
¿Qué canción le dedicaría a Arrecife?
Estuve pensando qué canciones hacían alusión a Arrecife y son muy pocas. Viva Lanzarote, viva San Ginés... Qué pena que Arrecife no tenga más canciones dedicadas. Hay también alguna melodía deliciosa de Toñín Corujo. A lo mejor me comprometo a hacerle a Arrecife una canción con los Sabandeños y coger el testigo y dedicarle una canción a la ciudad que tanto quiero y en la que me crié.
