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Obras de San Ginés a San Ginés

La transformación de la avenida marítima divide a usuarios y Ayuntamiento tras un año de trabajos

Obreros, ayer, realizan tareas de barrido en la nueva plaza de la avenida marítima próxima a la calle Esperanza. A. F.

La reapertura, anteayer, del tramo de avenida marítima de Arrecife comprendido entre la rotonda del Real Club Náutico y la Calle Real alarga la polémica que se inició con la ampliación del periodo de las obras de esa zona comercial abierta, cuyos trabajos iban a durar inicialmente seis meses, hasta diciembre del pasado año, aunque luego se prorrogaron hasta febrero de 2016 y posteriormente hasta su casi culminación esta semana. Es decir, desde las fiestas de San Ginés del pasado año hasta las actuales, que comenzaron ayer.

La vía se abrió al tránsito de peatones el jueves pero los obreros de Tragsa, empresa pública que se hizo cargo de la intervención el pasado mayo tras los reiterados incumplimientos de la adjudicataria Ingemont, aún tienen que reparar desperfectos en fachadas y "algunas cajas de registro", admitía ayer el responsable de la obra, Domingo Navarro. Sin embargo, esos "remates" no impedirán que los ciudadanos sigan haciendo uso de la avenida marítima. Se eliminará el tráfico de vehículos a excepción de la circulación de taxis, guaguas y otros servicios municipales, servicios especiales como ambulancias, transportes de carga y descarga de mercancías, que tendrán un horario de 7.00 a 11.00 horas para hacerlo, y los residentes con garages en la avenida.

La decisión ha enfadado a los comerciantes, que recriminan al Ayuntamiento de Arrecife que haya cambiado de idea, a pesar de que en un principio se barajó la posibilidad de mantener la circulación en ambos sentidos. La Asociación en Defensa de los Negocios del Centro de Arrecife (Adenca) reivindica "el carril con doble sentido para todos los vehículos, como nos prometieron" y denuncia que "llevamos un año de mentiras y mentiras tanto por parte del Cabildo como del ayuntamiento".

Juliana León, dependienta de Jeans Outlet, negocio que ha estado a punto de cerrar por la reducción de clientes desde que comenzó la modernización de la zona comercial abierta del frente marítimo y además tuvo que despedir a una empleada, se mostró contraria a que "quiten los coches y aparcamientos porque a la gente le gusta hacer el paseo de toda la vida en coche por la avenida".

Esther Machín, lleva 21años trabajando en la Pastelería Jonay y reconoce que "se ha empezado a notar más movimientos de clientes que no son habituales desde que se abrió de nuevo la calle, ya que los que son fijos más o menos se han mantenido".

Por su parte, Iyoti Bharti, propietaria de la tienda de electrónica Nexcity, no entiende que "en una zona comercial y residencial como es la avenida marítima se quiten los aparcamientos. Llevamos un año muy mal", lamentó. La dependienta de Daya, que prefirió mantenerse en el anonimato, cree que "si nos ha ido mal, a partir de ahora que no pasarán los coches nos irá peor y no descartamos cerrar".

Katerine Loaisa es vecina de Arrecife y aplaude que "haya más espacio para caminar porque así la gente está más relajada". No obstante, entiende que "el ayuntamiento tiene que habilitar más sitios para aparcar".

Lito Guillén, presidente de la Cooperativa de Taxis de Arrecife, que aglutina a casi toda la flota de la ciudad, 121 licencias, considera que "agilizaremos los viajes al no haber apenas tráfico por la avenida, pero nos encontraremos el inconveniente de las calles adyacentes, que seguirán teniendo cuellos de botella que nos ralentizarán la marcha hasta la avenida".

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