Unas nubes apenas cubrían la imponente luna llena que anoche se encargó de acompañar a la Virgen de Los Dolores durante su pequeño recorrido alrededor de su ermita en Mancha Blanca (Tinajo). Bajo un repicar de campañas la patrona de Lanzarote regresaba pasadas las ocho de la noche a su diminuta casa sin dejar de mirar a los más de mil fieles que se dieron cita en la eucaristía oficiada por el obispo de la Diócesis de Canarias. Francisco Cases. ¡Viva la Virgen de Los Dolores!" gritaban los emocionados parroquianos para despedir a la imagen que hace ya varios siglos detuvo la lava que amenazaba con sepultar los pueblos de la isla.
Un auténtico reguero de peregrinos se acercó durante toda la jornada de ayer hasta el santuario de Los Dolores para acompañar a la Virgen en su día grande. "La verdad es que me ha sorprendido gratamente la cantidad de personas que han venido a pie hasta Mancha Blanca", aseguraba ayer el alcalde de Tinajo, Jesús Machín.
Y es que en Lanzarote el día en que más personas van caminando hasta Los Dolores es durante la celebración de la romería que en esta ocasión tuvo lugar el pasado sábado. Sin embargo, son muchos otros los que prefieren venir caminando a ver a la Virgen el mismo día de la patrona.
Desde el pueblo de Muñique habían salido a pie Julia Tejera y Mari Fe Figueras, junto a otro grupo de familiares y amigos. "Aunque hoy venimos de Muñique el sábado lo hicimos desde Punta Mujeres", recordaba Julia.
En solitario hizo el camino José Manuel Uribe. "Creo que lo ideal es venir el día de Los Dolores", aseguraba este joven había partido desde el barrio de Argana en Arrecife. Tras cerca de cuatro horas de caminata, Uribe se sentía feliz de poder contemplar a la Virgen justo en el momento en el que la patrona de la isla salía de la ermita para la eucaristía.
"Este año hemos cambiado de lugar a la Virgen para protegerla del viento y para que ella pueda protegernos a nosotros", aclaraba el obispo que se refería al lugar que tradicionalmente se coloca a la imagen junto al escenario instalado en la explanada para la multitudinaria misa.
Francisco Cases se refirió durante su homilía al lema que la Diócesis de Canarias pretende trasladar durante el nuevo curso a la comunidad cristiana: "Jesús y su Evangelio nos reúne". El obispo insistió en la necesidad de que la comunidad cristiana sea misericorde con los prójimos. "La Iglesia tiene que ser cariñosa con todos, hasta con aquellos que la hacen sufrir", apuntaba Cases.
Al igual que hizo durante su homilía durante las fiestas de Teror en honor a la Virgen del Pino en Gran Canaria el obispo volvió a insistir en que la Iglesia no puede dar la espalda a los jóvenes, a las familias y a los divorciados y separados. "No son unos proscritos ni están excomulgados sino que son miembros de la Iglesia a los que hay que abrir las puertas y abrazarlos", sostuvo.
De hecho, el obispo mostró su preocupación por unas iglesias que cada vez está más vacías. "Tenemos que ver lo que necesita la gente para ser feliz y no solo en aquellos que van a misa, que por cierto cada vez son menos", afirmó Cases. "Nos faltan jóvenes, matrimonios y familias con la alegría de sus niños", insistió el obispo.
La eucaristía que congregó a más de mil personas contó también con la presencia de varios de los alcaldes de Lanzarote, parlamentarios regionales y del presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo.
Una festividad que sin embargo había amanecido con el susto que se llevó un grupo de unos 20 vecinos de La Graciosa después de que tuvieran que ser desalojados del terrero de lucha de Tinajo donde pernoctaban por un pequeño incendio de unos colchones apilados en un pasillo. Los gracioseros habían asistido la noche anterior al homenaje que se brindó en la Feria Insular de Artesanía de Mancha Blanca a la mujer de la octava isla.
La concejala de Teguise por La Graciosa, Alicia Páez, recordó que por fortuna uno de los miembros de la delegación se despertó sobre las seis de la madrugada alertado por el fuego. Una alerta que fue providencial para que todos los gracioseros salieran de los dos dormitorios ubicados en la parte superior del terrero que el Ayuntamiento suele dejar a algunos de los invitados a las fiestas y eventos que se celebran en el municipio. El alcalde cree que una colilla podría haber la causa del pequeño incendio. "Como estaban junto a la puerta puede que alguien me imagino que sin querer tirara una colilla".
