El subinspector y los cinco agentes de la Policía Nacional acusados de torturar a dos detenidos en la comisaría de Arrecife (Lanzarote) en abril de 2010 han negado ante la Audiencia de Las Palmas los hechos que se les imputan mientras que sus supuestas víctimas han asegurado que recibieron hasta tres palizas.

El subinspector y los agentes se enfrentan a penas de entre 6 y 8 años de cárcel por delitos de tortura, que, según la fiscal y la acusación particular, tuvieron lugar en la comisaría el 28 de abril de 2010, tras detener en un parque a las supuestas víctimas, los hermanos Nelson y Yari Damián Lemes, de 29 y 31 años, después de que presuntamente agredieran a los policías que intervinieron en una pelea que protagonizaron ante 50 personas.

En el juicio que ha comenzado hoy en la Ciudad de la Justicia de Las Palmas de Gran Canaria, los dos jóvenes también figuran como acusados por delitos de lesiones y de atentar contra la autoridad, hechos que niegan y por los que se enfrentan a penas de hasta dos años de cárcel.

El abogado defensor de ambos también ejerce como acusación particular contra los policías, para los que reclama hasta 10 años de prisión, la pena máxima.

El acusado Yari Damián ha afirmado ante el tribunal que en la comisaría le pegaron ese día tres palizas, una primera en el garaje y dos posteriores en el calabozo, y que fue agredido con "porras y sobre todo con puñetazos" y que "le dieron por todos lados de cintura para arriba", así como que no quiere indemnización alguna sino que los policías cumplan su pena.

El procesado, que ha dicho que le perforaron el oído y que aún sufre secuelas en la vista como consecuencia de los hechos, ha dudado de si uno de los acusados, el agente Alfonso C.G., de 35 años, llegó a pegarle, si bien ha asegurado que presenció su agresión.

Su hermano Nelson, que había sido detenido en anteriores ocasiones, ha relatado al tribunal que no opuso resistencia cuando fue arrestado en el parque y, al igual que Yari Damián, ha negado haber agredido a los policías que le detuvieron.

Ha explicado al tribunal que tanto él como su hermano fueron conducidos a la comisaría en distintos vehículos y que en un pasillo que lleva a los calabozos fue donde le agredieron los seis agentes tras cerrar la puerta que comunica con esas dependencias.

El acusado Nelson Lemes ha señalado que como sabía que había cámaras en el pasillo se acercó a la zona donde estaban para que se grabara la agresión que recibió, sobre todo, por parte de dos de los agentes, el subinspector Juan Carlos G.C, de 54 años, y el agente Airám P.G., de 29, pues afirma que el primero le rompió la nariz y el segundo una pierna, entre otras lesiones.

Este procesado ha añadido que desconoce el motivo por el que les pegó la Policía, aunque dice que se jactaban de haber detenido a "los hermanos Lemes", y éste, al contrario que Yari Damián, sí reclama una indemnización por la paliza y pide que se haga Justicia.

Por el contrario, los seis policías acusados de delitos de torturas han declarado que los dos detenidos opusieron resistencia a su detención, durante la cual resultaron heridos varios agentes, y estaban "muy alterados", lo que, según el subinspector, le llevó a decidir su traslado primero a la comisaría antes que al centro de salud para que fueran atendidos de las lesiones que presentaban.

El subinspector ha explicado que por temor a que protagonizaran otro altercado en los servicios de urgencias médicos, tras la "batalla campal" ocurrida en el parque, optó porque se "relajaran" primero en las dependencias policiales, pues ha sostenido que el calabozo "baja la adrenalina", al tiempo que ha negado que allí se les pegara.

"Detrás de la puerta (en alusión a la que está situada en el pasillo que comunica con el calabozo) no pasó absolutamente nada", ha asegurado el subinspector, quien ha dicho que tampoco ocurrió nada en el garaje y que por ello dos de los policías que se encontraban allí no están imputados en la causa.

El subinspector ha indicado que desconoce cómo se rompió la pierna Nelson y ha detallado que estos hechos ocurrieron en el cambio de turno y que una hora después de su llegada a la comisaría se llamó a la ambulancia para trasladar a un centro sanitario al detenido, que al igual que su hermano recibió asistencia médica entonces.

El juicio continuará mañana con la declaración de los testigos y está previsto que concluya el próximo día 29, cuando se presentarán los informes finales, una vez que concluyan las sesiones programadas hasta el próximo jueves.