Referente de las manifestaciones artísticas de vanguardia, a lo largo de su historia El Almacén ha proyectado una mirada transversal que también se amplía a las facetas ideológicas y sociales, las cuales formaron parte ayer de la mesa redonda El Almacén, cultura y sociedad, organizada por la Consejería de Cultura del Cabildo de Lanzarote dentro de los actos con motivo de la reapertura de ese espacio hace dos semanas.

El expresidente socialista de la corporación insular Enrique Pérez Parrilla (1983-1987,1994-1995 y 1997-2003) conoció de primera mano el impacto social e ideológico de El Almacén, lugar que sirvió de habitual punto de encuentro para varios partidos políticos durante la Transición. Pérez Parrilla se postuló para presidente insular en 1979 junto a otros dirigentes históricos. Es el caso de Manuel Medina, José Ramírez Cerdá o Agustín Torres, quien regentó la primera librería. La adquisión de El Almacén por parte del Cabildo, cuya creación en 1974 fue fruto de las inquietudes de un grupo de amigos formado por César Marique, Pepe Dámaso, Yayo Fontes y Luis Ibáñez, se produjo en 1989, con Nicolás de Páiz (CDS) como presidente.

"El PSOE se reunía en la clandestinidad en una troja en la parte alta, cuando el centro ya había abierto, en el tardofranquismo", recordó Pérez Parrilla.

Se refirió a El Almacén como "una apuesta por la modernidad a través de la cual se veía el mundo de otra forma". Ahí conoció a muchos protagonistas "del mundo artístico", como el director de cine Pedro Almodóvar. "César me lo presentó", apuntó a este periódico. Una de las actuaciones dentro de la oferta cultural de El Almacén que más le impresionaron fue "la representación teatral de un grupo de sordomudos de Tenerife que tuvo lugar allá por el año 1975 o 1976". Otra de las convocatorias que aún recuerda fue una conferencia del periodista y escritor Santiago Amón.

El adjunto al director del diario El País, el periodista y escritor tinerfeño Juan Cruz, Premio Canarias de Literatura y miembro del Consejo Asesor de la Fundación César Manrique, escribió crónicas para la conocida revista Triunfo sobre los primeros actos de El Almacén en los años 70. Rememoró su vinculación con el Centro Polidimensional, como se denominaba entonces, como la de "un canario asombrado de la vitalidad artística que César le dio a Lanzarote".

"Plataforma de aprendizaje"

En opinión de Cruz, "era imposible concebir que en una isla con tan pocos recursos en aquel momento, César se empeñara en poner en valor no solo la herencia del paisaje, que es inabarcable, sino que quiso convertirla en un espacio de arte y en una plataforma de aprendizaje y de conexión con lo que se pensaba o hacía en el mundo". El Almacén, prosiguió, "era un centro en el que la gente iba a convivir haciendo cosas".

Cruz añadió que "era un lugar de cultura" y que "eso era lo que César luego quizo hacer en su propia fundación [Fundación César Manrique] y en la propia isla, que se convirtió en un punto de encuentro gracias a él. La gente no iba a Lanzarote sino a la isla de César, una persona muy relacionada con mucha gente y con las élites políticas o culturales españolas, alemanas o extranjeras en general, sin olvidarse nunca de la gente de Lanzarote".

En mayo de 1935 el Ateneo de Santa Cruz de Tenerife acogió la Segunda Exposición Surrealista, iniciativa de André Breton, iniciador y principal teórico del surrealismo. "Después de eso nos habíamos quedado apagados y Lanzarote fue un deslumbramiento, una luz en las islas. El Almacén era como una bomba nuclear en sentido positivo", destacó Cruz.

El 15 de enero de 1991se reanudó la actividad cultural de El Almacén, ya en manos del Cabildo, con una exposición del artista Ildefonso Aguilar (Medalla de Oro de Canarias) en la Sala El Aljibe, quien había participado con otras muestras desde los años setenta.

Entre otras iniciativas, Aguilar dirigió el departamento de Cultura del Cabildo. Señaló que "El Almacén fue un revulsivo muy fuerte que abrió camino, nuevas miradas, pensamientos y formas de entender la cultura contemporánea. Además, fue el arranque de toda una generación que pudimos mostrar nuestras creaciones".

La profesora de Filosofía y gestora cultural Guely Robayna pertenece a la generación que en su juventud frecuentó El Almacén entre finales de los setenta y principios de los ochenta. Afirmó que "para nosotros fue el descubrimiento de un mundo inexistente y César nos enseñó a mirar la vida de otra manera, con pasión y generosidad". Matizó que "desgracidamente, fue a un grupo reducido de gente en la Isla, ya que se dieron una serie de circunstancias que propiciaron eso".

En su caso, explicó, "el hecho de que estuviéramos estudiando en el cercano Agustín Espinosa y el hecho de que algunos de los que estábamos en ese instituto y con los que coincidimos por edad y por amistad eran sobrinos de Manrique".

Robayna aseveró que "la ecología en Lanzarote surgió ahí". La construcción se empezaba a desarrollar y César, dijo, "intuía que ese desarrollo se descontrolaría". Fruto de esa preocupación en 1987 nació la Asociación Cultural y Ecologista El Guincho. El Almacén fue su primera sede.